Puebla.- Una mujer de 42 años de edad que ya había sido dada por muerta luego de ser atropellada en Puebla, revivió a los 20 minutos de que paramédicos le dieran reanimación cardiopulmonar y de que un sacerdote se detuviera a darle la absolución de sus pecados.
De acuerdo a la publicación hecha por el Sol de Puebla, lo anterior sucedió cuando la mujer, quien iba acompañada de su esposo trató de cruzar la referida vialidad. Aunque a esa altura hay un puente peatonal, la pareja no pudo subir ya que el acceso sobre la Vía Atlixcáyotl se encuentra bloqueado por malla ciclónica debido a los trabajos de construcción que se realizan en una nueva plaza denominada Kentro.
Aunque el esposo fue apoyado por otros automovilistas para darle persecución al responsable, éste logró escapar mientras que Verónica presentó múltiples golpes en rostro y cabeza por lo que se solicitó el apoyo de los técnicos en urgencias médicas.
Se trata de Verónica N, de 42 años de edad, quien el martes por la mañana fue embestida y proyectada casi diez metros por una camioneta tipo estaquitas, sobre la Vía Atlixcáyotl a la altura del Hotel Camino Real y quien al final del día falleció, por segunda vez, en un hospital de Puebla.
Paramédicos del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA), al notar que la mujer ya no respiraba, aplicaron la técnica de reanimación cardiopulmonar por casi 20 minutos, sin que hubiera reacción alguna por parte de la lesionada, ya que el trazo del monitor de signos vitales marcaba línea horizontal, denotando que la mujer había dejado de respirar.
Sin embargo, los especialistas de la medicina no se dieron por vencidos y continuaron insistiendo para revivir a la víctima. En ese instante, un sacerdote que pasaba por el lugar observó a la mujer tirada en el suelo, por lo que decidió parar su automóvil y bajar a darle la absolución de los pecados a la lesionada, quien tan solo un minuto después, volvió a presentar signos vitales.
Incluso los paramédicos que brindaron la atención médica, al escuchar y detectar que la línea del monitor comenzó a modificarse, rápidamente la subieron a la camilla para después trasladarla al hospital de Traumatología y Ortopedia del Sector Salud a bordo de una ambulancia.
Ante una nueva oportunidad de vida, la desesperación y el sollozo del esposo de Verónica desapareció.