Gente de "El Tigre" mató a empresario menonita de Cuauhtémoc

Llamaron a las autoridades para avisarles que era un “regalo”

Ricardo Holguín Pérez | El Heraldo de Chihuahua

  · jueves 27 de junio de 2019

Durante la mañana del miércoles, autoridades investigadoras recibieron una llamada anónima donde les referían: “Ahí les dejamos un regalito de parte del Tigre”, indicando la dirección de la casa de seguridad donde tuvieron resguardado al menonita Abraham Harms, por lo cual se emprendió una intensa movilización hacia el lugar.

Esa misma vivienda ya había sido ubicada por las autoridades como la “casa de seguridad” de los delincuentes, pero estaban en espera de la orden de cateo para poder ingresar, sin embargo, al atender el llamado anónimo encontraron a una persona sin vida, quien corresponde a las características de Abraham; tenía severos golpes en el cuerpo y estaba prácticamente irreconocible.

Además de los golpes, los elementos de seguridad vieron además que tenía un disparo en la frente, conocido como el “tiro de gracia”, describieron fuentes internas de la Fiscalía Zona Occidente al dar a conocer el reporte de los hechos ante la corporación.

La citada vivienda se ubica en el fraccionamiento San Cristóbal, un sector de interés social, con acceso al punto donde fue localizada la camioneta donde lo secuestraron la mañana del lunes.

En octubre de 2018, en este mismo sector, cerca de la calle donde localizaron a Abraham, habían encontrado a otra persona asesinada; se trataba de un hombre que fue privado de la libertad por personas armadas en un domicilio de la colonia Tierra Nueva, para después arrojar su cuerpo sobre la brecha de la calle 94.

Abraham Harms Peters habría desarrollado diferentes empresas. A inicios del año 2000 creó la marca Jugo Mennonita, un concentrado de ajo y col, que aseguraba sanaría a los diabéticos e hipertensos; este producto llegó a tener gran aceptación, lo que le llevó a construir una nave industrial en el Campo 6 y medio, donde tenía sus oficinas.

A la par de sus actividades comerciales, tenía tierras de cultivo de algodón y otros frutos en la región noroeste del estado, que combinaba con su afición a las carreras de autos, incluso creó una pista en la zona del Ejido Anáhuac que llamó “Los Llorones”, por los árboles que había en el predio.

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