La vacuna Sputnik V ha sido registrada en 10 países y el pasado 29 de diciembre permitió a Argentina iniciar su campaña nacional de inoculación, mientras las autoridades rusas han iniciado el proceso para su homologación en la Unión Europea con el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel.
Sin embargo, la vacuna rusa sigue causando desconfianza por la falta de información pública validada por científicos. Su aprobación en tiempo récord -basados sólo en un reporte de prensa del fabricante, según medios locales- sin la información completa sobre los ensayos clínicos, se convirtió en Argentina en asunto de seguridad nacional.
➡️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
A pesar de que expertos no creen que la vacuna rusa sea menos eficaz que las demás que actualmente están en circulación, el único dato disponible hasta ahora sobre su eficacia es un informe de prensa del Instituto Gamaleya, encargado de su desarrollo, mientras las investigaciones de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca fueron publicadas en revistas científicas, tuvieron la crítica de los pares, y han divulgado información concreta.
“Esta es la debilidad congénita de la vacuna Sputnik”, afirma el exministro de Salud Adolfo Rubinstein al diario argentino La Nación.
De acuerdo con La Nación, el primer documento oficial para la aprobación de la vacuna rusa se basó en un comunicado de prensa y no en un informe científico.
Tras ello, los tramites se hicieron en poco tiempo y con escasa antelación al arribo del primer vuelo con el cargamento proveniente de Rusia, indican documentos oficiales con tachaduras y “hojas completas ilegibles” obtenidas por el diario.
Esta premura y otras situaciones cuestionadas abonaron a la desconfianza hacia la vacuna en el país sudamericano.
Entre ellas, se encuentra que en un principio la Sputnik V sólo fue aprobada para personas menores de 60 años, lo que añadió incertidumbre a la campaña de vacunación anunciada a finales de diciembre de 2019 por el presidente Alberto Fernández, con 300 mil dosis iniciales.
Hasta después de un mes de su primer visto bueno, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica incluyó a los mayores de 60 años en la campaña, al considerar que hay “un margen aceptable de seguridad”.
Tanto Moscú como Fernández han defendido la vacuna afirmando que los ataques se deben a intereses “geopolíticos”.
Además del contrato con Gamaleya, Argentina tiene acuerdos de provisión con la Universidad de Oxford, asociada a la farmacéutica AstraZeneca, y con el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud. También negocia con Pfizer, pero ninguna ha sido asegurada y sólo la Sputnik está disponible por ahora.
Sin embargo, la llegada de un cargamento desde Rusia prevista para esta semana fue reprogramada sin fecha, admitió una fuente del gobierno argentino.
La situación se da en momentos en que la Unión Europea reclama y amenaza con demandar a los grandes laboratorios para que cumplan con las entregas pactadas.
Internacionalistas indican que la salud se convirtió en parte de la política exterior de Rusia y China, que les permite ampliar su círculo de influencia en varios países
La vacuna Sputnik V ha sido ya registrada en Rusia, Bielorrusia, Serbia, Argentina, Bolivia, Argelia, Palestina, Venezuela, Paraguay y Turkmenistán.
En Argentina, la politización de la salud ha creado un clima de desconfianza hacia la vacuna. Tanto medios de comunicación como políticos han criticado la falta de estudios internacionales detallados.
Aun así, Rusia y China aparecen como ganadores de esta “diplomacia de la vacuna”, pero las cosas pueden cambiar, según la entrega de las vacunas y la actitud de la la nueva administración de Estados Unidos encabezada por Joe Biden.
Por lo pronto , Alemania está dispuesta a ayudar a Rusia, pese a sus tensiones, a desarrollar la Sputnik V, declaró Angela Merkel, mientras Moscú ya envió la solicitud para la aprobación de su vacuna por parte de la Agencia Europea de Medicamentos.
Con información de AFP