PARÍS. Las emisiones de metano generadas por el sector energético, básicamente en la explotación de combustibles fósiles, son 70 por ciento superiores a las declaradas por los países, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
El metano es uno de los principales gases de efecto invernadero, responsable de alrededor de 30 por ciento del aumento de la temperatura global desde el comienzo de la Revolución Industrial, y como se disipa mucho antes que el dióxido de carbono (CO2), evitar esas fugas tendría un efecto rápido en la limitación del calentamiento global.
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En un informe, la Agencia Internacional de la Energía explica que si en 2021 se hubieran capturado y vendido todas las fugas de metano en las operaciones con combustibles fósiles, hubiera supuesto un suministro añadido de 180 mil millones de metros cúbicos de gas natural.
Eso equivaldría -precisó- a todo el gas utilizado para generar electricidad en Europa y “más que suficiente para aliviar la tensión actual en el mercado”.