Cada día mueren más personas a causa del hambre que por el Covid-19, un efecto acelerado por la pandemia, que permitió el aumento por quinto año consecutivo del nivel de inseguridad alimentaria, informó la ONU en el marco del Día Mundial de la Alimentación.
Según el informe de Naciones Unidas sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, se calcula que “el hambre aguda mata a 11 personas cada minuto, mientras que la Covid-19 mata a siete personas por minuto”.
Esta tendencia fue pronosticada por diversos estudios a mediados de año, y ayer, Naciones Unidas confirmó que la crisis alimentaria global se intensificó por la pandemia y por los efectos del cambio climático.
“La pandemia ha provocado la pérdida de puestos de trabajo y la disminución de los ingresos, lo que está obligando a millones de familias a saltarse comidas, a optar por alimentos más baratos y menos nutritivos, o a prescindir de ellos”, agregó, por su parte Justin Byworth, director del grupo de ayuda humanitaria de World Vision Internacional.
Otros estudios también alertan y calculan que, para finales de 2022, la crisis de nutrición provocada por el Covid-19 podría ocasionar 283 mil muertes más de niños y niñas menores de cinco años, al tiempo que deja 13.6 millones más de niños con desnutrición aguda y 2.6 millones más de menores de edad con retraso en el crecimiento. Esto equivaldría a 250 niños y niñas que morirían cada día por desnutrición en relación con la pandemia.
CAMBIO CLIMÁTICO
Asimismo, el aumento de las temperaturas y el inminente desastre climático colocan a las comunidades más vulnerables del mundo ante la posibilidad de sufrir una crisis alimentaria sin precedentes, cuya subsistencia depende de la agricultura, la pesca y el ganado,
Estas comunidades, que son precisamente las que menos contribuyen al cambio climático, se encuentran en peligro por carecer de herramientas para amortiguar el impacto que supone que las temperaturas sigan aumentando a un promedio de dos grados por encima de los valores preindustriales. Esto implica que otras 189 millones de personas podrían verse sumidas en la hambruna a corto plazo.
Según datos de Naciones Unidas, cerca de 811 millones de personas pasan hambre en el mundo. Además, cerca del 12 por ciento de la población mundial se ha visto afectada por la inseguridad alimentaria de forma grave a lo largo de 2020, una cifra que supone un aumento de 118 millones de personas respecto a 2019.
La crisis climática, representada por la inestabilidad y los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías, huracanes o inundaciones, es uno de los principales factores determinantes del aumento del hambre en el mundo, ya que tiene un impacto directo en los medios de vida de las poblaciones locales.
Para el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, es “la crisis climática está alimentando una crisis alimentaria”. En 2020, las principales agencias humanitarias alertaban de que el mayor aumento del hambre, en términos geográficos, se había producido en África, donde la prevalencia estimada de la desnutrición -21 por ciento de la población- era más del doble que en cualquier otra región y estaban desnutridas un tercio -282 millones- de todo el mundo. Con información de Europa Press.