La "Expropiación Petrolera en México" fue una serie de acontecimientos que dieron como resultado la nacionalización de la industria petrolera, llevado a cabo en el año de 1938, con base en la puesta en marca de la Ley de Expropiación, promulgada en el año de 1936 y del artículo 27 de la Constitución Mexicana de los Estados Unidos Mexicanos, a las compañías de capital y origen extranjero, las cuales explotaban dichos recursos, mediante el decreto anunciado el 18 de marzo de 1938, por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río.
Además, en el escenario de la Expropiación Petrolera en México, destaca una realidad: la explotación de los obreros quienes laboraban para esta industria, quienes carecían de muchos derechos y beneficios, tales como la cobertura de gastos por accidentes o enfermedades; además, no se tenían jornadas fijas y el pago de los salarios era magro, escueto no siempre era puntual.
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Dichas carencias fueron expuestas por los trabajadores de la industria del petróleo, llevando a cabo una gran huelga que paralizó todas las actividades del sector petrolero. Sin embargo, las empresas mantenían una postura firme para no acceder a estas demandas. Es por ello, que el 1938, el presidente Lázaro Cárdenas emite la aplicación directa de la Ley de Expropiación.
En resumen, el impacto de este movimiento político, económico y social, es de suma relevancia en el desarrollo del país. En la actualidad y gracias a ello, el sector petrolero cuenta con una regulación más específica para dar a los trabajadores las condiciones óptimas para trabajar, así como un mejor desarrollo en la industria petrolera.