¿Y sí podremos ir a trabajar? Preguntaba angustiado un empleado de la construcción, al trascender la sanitización que se haría de la ciudad mañana por la mañana. La respuesta era sumamente difícil; el patrón tenía la misma información que su empleado. ¡Los más seguro es que quién sabe!
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Pareciera un diálogo caricaturesco o extracto de una sátira. Pero ayer era la realidad, había muchas dudas y pocas respuestas. La inquietud surgida después del anuncio del despliegue aéreo para “fumigar” el coronavirus en Parral iba más allá del tema de salud.
Los pocos trabajadores que aún mantienen su actividad normal, tocaron base con el jefe. La pregunta era hasta con temor. ¿y sí podré venir a laborar?
En la Alcaldía no había quién informara. La única información que se conocía era informal, por redes sociales. Fue de esa manera como trascendió el anuncio del presidente y en ese mismo formato el anuncio del mismo Alfredo Lozoya asegurando que no les pasaría nada con la “rociada”.
Los patrones no recibieron la notificación oficial, tal y como la reciben cuando hay que pagar derecho de uso de suelo, permiso de construcción, impuestos atrasados, carencia de un estudio de Protección Civil, esas que lleva el mensajero en papel membretado con logos color oro, además de sellos y cifras estratosféricas que se deben ¡y eso sí, además hay que firmar de recibido!
Hoy la notificación no fue de dinero, fue de salud y de certidumbre en las operaciones. Sin embargo, ayer no estuvo la tesorera, el de Obras Públicas, tampoco en Comunicación Social, ¡nadie! Parecía plan con maña. Dejaron todo a la libre decisión, con la amenaza en ciernes.
Pero ¿me presentó mañana a trabajar o no? la decisión del patrón definía los riesgos del trabajador. Las dudas llevaron a otras dudas. ¡lo más seguro es que quién sabe! ¡Que cada quien tome su decisión!
¿Las redes sociales y los medios sólo expandían las dudas?. No resolvían nada. ¿tampoco ellos sabían? En el debate de las redes había quienes se muestran a favor de esta acción; “Lo harán en horas muy de mañana y la medida es no salir de casa, seamos agradecidos, se está pensando en nuestro bien, les aseguro que si no fuera seguro el Presidente no lo haría.”
En contra parte la Secretaría de Salud como químicos bacteriólogos desaprobaron estas acciones. ¿Y ellos me van a pagar el día? Pensaron al mismo tiempo el trabajador y el patrón…¡ninguno dijo nada!
“¿Qué sucederá con la gente que debemos salir a trabajar?” Fue una de las preguntas que más reacciones como respuestas e inconformidad tuvo –tal parece que todos pensamos lo mismo- y ante ello, Presidencia no fue para replicar.
La conclusión avanzada la tarde llegaba; he aquí la idea clave; “es útil permanecer en el hogar” ¿Qué sucede con los que no podemos seguir esta indicación?, te aclimatas o te aclich…
A fin de cuentas nadie sabe nada. Por la vía de la experimentación se averiguará mañana… cuando la gente que debe ir a trabajar lo diga. Entre ellos están los que no supieron –que sí los hay- Los que no pueden romper su rutina, los temerarios, los que salen a buscar el “chivo” todos ellos darán testimonio –ojalá- de que no pasó nada…por hoy; “Que sea lo que Dios Quiera”…la duda sigue vigente.
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