El esfuerzo de un padre por ver a sus hijos triunfar en la vida, va más allá de sólo invertir en dinero y dejar que los maestros se encarguen de enseñar a sus hijos, para el señor Seferino Enríquez, fueron días de largas caminatas y horas de dedicación a sus hijos, quienes en medio de la pandemia, tuvieron que redoblar esfuerzos.
Subir al monte para agarrar señal y enviar la tarea; así se volvió la manera de estudiar de tres jóvenes hermanos que actualmente cursan diferentes niveles escolares en medio de la pandemia del Coronavirus.
A pocos días de finalizar las clases los jóvenes se esfuerzan por entregar los últimos trabajos del ciclo escolar; sin embargo, hay algunos que dados los lugares en donde viven, la falta de Internet y de tecnología deben esforzarse un poco más. La idea de tener que subir un pequeño monte para lograr entregar la tarea a tiempo es uno de ellos.
Tal es el caso de la familia Enríquez Guerra, quienes radican en el Ejido Guillermo Baca, ubicado en la carretera Parral – Jiménez, la cual está conformada de tres jóvenes estudiantes; Anali y Sandra, quienes actualmente cursan el tercer semestre de preparatoria, segundo grado de secundaria respectivamente, además de su hermano Saúl, quien se acaba de graduar de preparatoria, mismos que durante los últimos tres meses, según dijeron tenían que subir a un pequeño monte para poder agarrar señal telefónica y poder enviar su tarea a tiempo.
Sin embargo, detrás de esto, también está el esfuerzo de sus padres, el señor Enríquez, quien desde que llegó la pandemia, ha tenido que doblar energías para sacar a sus hijos adelante, puesto que al no poder acudir a la escuela y tener que hacer los trabajos en casa, tuvo que ver la manera de poder acondicionar el “área de estudio” para que no les faltara nada; sin embargo, aún estaba el detalle de la falta de Internet para lograr enviar sus tareas y trabajos.
Para ello, explicó que diariamente tenía que acompañar a sus hijos a la carretera, un recorrido de un aproximado de kilómetro y medio a pie, con tal de asegurarse que llegaran seguros a tomar el camión que los lleve a la ciudad para poder realizar los trabajos en un cyber y entregarlos a tiempo.
Asimismo, indicó que en otros casos, por falta de tiempo debían entregar los trabajos a través de fotografías por medio de redes sociales, por lo cual, debían subir a un pequeño cerro para agarrar señal telefónica y enviar ese mensaje, no obstante, nunca fallaron con una tarea.
Así fue durante los últimos tres meses del ciclo escolar. Pero la recompensa llega con el esfuerzo, aunque no hubo ceremonia de graduación, ver a su hijo Saúl recibirse como Técnico en Motores a Diésel del Plantel Conalep Parral 156, con un promedio de 8.5, sus hijas Anali y Sandra cursar a cuarto semestre y tercero de secundaria con buenos promedios le hizo sentirse orgulloso del esfuerzo dedicado.