Un infierno vivió Lupita, ex esposa de ministerial

Fueron siete años de golpes y humillaciones, menciona que no lo denunció por miedo y porque entre ellos mismos se protegen

Javier Cruz | El Sol de Parral

  · domingo 28 de junio de 2020

Foto: Ilustración | Archivo El Sol de Parral

Un verdadero infierno vivió Lupita, ex esposa de un ministerial violento, que continuamente la golpeaba e insultaba, para ella fueron siete años de sufrimientos y angustias, indicó que son personas con doble cara, no se atrevió a denunciarlo por miedo, por sus hijos y posibles represalias contra su familia, puesto que entre ellos mismos se protegen ya que tienen poder y para las esposas no se aplica la justicia.

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Después de denunciar grupos de feministas que se están presentado casos de mujeres violentadas durante el confinamiento y se detectó que algunas de ellas son esposas de policías, de ministeriales o que pertenecen a una corporación policiaca, son objeto de violencia por parte de sus parejas, así lo dieron a conocer organizaciones no gubernamentales, quienes dijeron que al menos 10 casos se han presentado de este tipo; sin embargo, no llegan a denunciar por miedo a sus cónyuges.

Una de ellas es Lupita, la cual vivió un verdadero infierno, ella es ex esposa de un ministerial violento que continuamente la golpeaba e insultaba, para ella fueron siete años de sufrimientos y angustias, indicó que son personas con doble cara, y no se atrevió a denunciarlo por miedo, por sus hijos y posibles represalias contra su familia, dijo que entre ellos mismos se protegen, ya que tienen poder y para las esposas no se aplica la justicia.

Para Lupita, nombre que escogió por obvias razones, no se da a conocer su verdadera identidad para su protección, fue una de las tantas víctimas de la violencia familiar que están pasando mujeres dentro de sus hogares, ella actualmente se encuentra divorciada del ministerial; sin embargo, indicó que con su ex esposo vivió once años, donde alrededor de siete fueron de sufrimiento y angustias, ya que constantemente la golpeaba y maltrataba.

Con el procreó dos hijos que al igual que ella pasaron momentos de terror, ya que consideró que es un hombre muy posesivo y poco tolerante, los maltratos hacia Lupita fueron constantes.

Lupita, víctima de violencia familiar, indicó que su pesadilla comenzó cuando su pareja inició a trabajar de Policía Ministerial en la Fiscalía, él comenzó a cambiar, ya que los primeros años del matrimonio fueron llevaderos. Dijo que de los quince años que estuvo casada los últimos siete años fueron de constantes golpes e insultos, señaló que él fue una de las personas que se sentían con poder y cambió mucho, ya no fue tan tolerante se volvió agresivo y violento, con tristeza relata que fueron muchos los insultos y casi todos los días había violencia verbal.

En su plática pausada, Lupita indicó que nunca lo denunció por miedo a represalias contra ella, cuando estaba en la casa tomaba mucho, ya que con el pretexto de que eran sus días de descanso después de haber pasado hasta 20 días en la sierra destacamentado por operativos, él indicaba que necesitaba descansar y una forma de desestresarse era tomando cerveza, pero con esto se transformaba en otra persona, volviéndose agresivo y siempre a la que le tocaba la peor parte era a ella.

Para Lupita fueron momentos muy angustiosos cuando el ministerial se encontraba en casa, ya que sus hijos vivieron en un entorno de gritos, insultos y prepotencia por parte de él, Lupita dijo que tuvieron días en que por su intolerancia le llegó aventar la comida que entre sus insultos y maltratos siempre están los niños de por medio, la mayor parte de estos insultos y enojos es para decir que no sirve la mujer para nada.

Indicó que su esposo tenía problemas de alcoholismo, siempre que era golpeada procuraba no dejar huellas de los golpes como moretones en los brazos, por ejemplo el jalar de los cabellos cuando se violentaba era muy recurrente, dijo que en las reuniones por lo general era muy sociable, indicando que era una persona que tenía doble cara, ya que en la casa fue otra persona, este tipo de vida llevó a Lupita a tomar la decisión de divorciarse.

Indicó que fue decisión que tomó muy en serio, ya que por miedo no lo denunció, además agregó que no tenía caso ya que entre ellos mismos se cobijan y a las víctimas no se les hace caso, para salir de su situación le pidió el divorcio pero aun así dijo que aún con la separación y ya no están con ellos continúan molestando, investigan los teléfonos para seguir hostigando a sus ex parejas.