Un 14 de octubre de 1880, hace ya 139 años, se libró la batalla de Tres Castillos, la guerra de guerrillas, dentro de la insurrección apache.
Tres Castillos se encuentra a unos 150 kilómetros al noreste de la ciudad de Chihuahua, dentro del municipio de Coyame, en una región que destaca por su aridez, tres cerros graníticos se destacan, y rodeados por una árida e inmensa llanura que fue el lugar de la batalla donde pereció el indio Victorio, en manos de Joaquín Terrazas, quien antes de esa batalla ya era conocido como el azote de los apaches y que después de ella se hizo del nombre de “El Héroe de Tres Castillos”.
Esa llanura inmensa de Tres Castillos se volvió la tumba de los apaches y su epitafio fue la naturaleza hostil que la rodea. Pero fue el mismo Indio Victorio el que eligió su tumba y es que azolado en el norte por los estadounidenses y por el sur por los mexicanos, decidió parar a descansar en “Tres Castillos”, porque llevaba al enfrentamiento a familias enteras de apaches, que lo hicieron más lento.
Joaquín Terrazas, es descrito como sencillo, humilde y discreto, entregado a la tarea de debilitar y acabar con los apaches, a la cual dedicó treinta años de su vida, hasta darles el golpe definitivo, era primo hermano de Luis Terrazas, varias veces gobernador de Chihuahua. A la batalla de Tres Castillos llevaba consigo un contingente de 350 voluntarios armados, entre los que destacaba un grupo de riferos tarahumaras, de la comunidad de Arisiachi. Y es que los tarahumaras, también habían sido víctimas de los apaches, esto como represalia por participar en anteriores persecuciones contra los apaches chiricahuas, también llamados Hiu Hah o Nde.
Fueron estos tarahumaras, los que hicieron la diferencia en esta batalla y algunos historiadores aseguran que, durante la batalla, los apaches se vieron obligados a pelear de frente y que los corredores tarahumaras, Mauricio y Roque, se adelantaron, con sus pies ligeros, a la columna de Terrazas y, a escasos 20 metros de los apaches, dispararon. Mauricio dio en el blanco e hirió mortalmente a Victorio, quien era reconocido como el más fiero líder apache, qué luchaba en memoria de su esposa asesinada. A Victorio, siguió, como cabeza de la rebelión apache, Ju y después Jerónimo.
De aquella batalla queda el campo vacío de Tres Castillos como tumba muda y en Chihuahua (1910) un monumento al “Héroe de Tres Castillos”, Joaquín Terrazas, que reza así “COMBATIÓ SIEMPRE POR LA LIBERTAD Y EL PROGRESO Y TRIUNFÓ DE LA BARBARIE EN TRES CASTILLOS 1910 AL HEROE DE TRES CASTILLOS”.