Sin freno, perforación de pozos en Jiménez 

Señalan omisión de Conagua; problema de salud para los habitantes de la región

Abraham Zamarrón | El Sol de Parral

  · domingo 27 de septiembre de 2020

Foto: Cuartoscuro

Sin respetar el decreto que prohíbe el libre alumbramiento de aguas subterráneas, en el municipio de Jiménez y en la región se han perforado pozos a diestra y siniestra estimándose que hasta la fecha hay 500 pozos ilegales e irregulares que contribuyen al abatimiento de los mantos freáticos.

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Este hecho ha contado con la complicidad o la omisión de la Comisión Nacional del Agua, que desde hace una década ha dado largas a esta problemática que se ha convertido en un problema de salud pública para los habitantes.

Se tiene registrados cerca de mil 200 pozos, de los cuales sólo catorce suministran de vital líquido al sector doméstico; el resto son para el uso agrícola y nogalero. Se estima que al menos 500 son pozos ilegales o irregulares, asentó Belisario Rodríguez.

El profesor Rodríguez es uno de los precursores del Movimiento Cívico Jimenense, quien en entrevista afirmó que desde hace una década se ha iniciado la lucha por erradicar la sobreexplotación de los mantos freáticos, lograr agua en cantidad y calidad para la ciudad que subsiste con agua envenenada con arsénico.

EL ORIGEN DE LA PROBLEMÁTICA

Hasta hace apenas tres décadas la principal fuente de abastecimiento eran las aguas que corrían libremente por el cauce del Río Florido, que como parte del ciclo natural, alimentaban el acuífero Jiménez- Camargo.

Empero, en aras del progreso y tal vez sin un estudio detallado sobre el impacto ambiental, hacia el año 1990 se determinó la edificación de la presa Pico de Águila, en la parte alta del Florido, en el municipio de Coronado.

Una vez levantada la cortina, la recarga de los mantos freáticos se detuvo; situación que casi de manera inmediata se reflejó en los poblados y rancherías colindantes con el cauce, lo cual dio origen a la perforación desmedida de pozos para el sector agropecuario.

EL DECRETO OLVIDADO

Desde 1951 en el Diario Oficial de la Federación se publicó un decreto que prohíbe el alumbramiento de aguas subterráneas por cualquier medio, vedando de forma indefinida el acuífero Jiménez-Camargo, con clave 0832, así como acuíferos Meoqui-Delicias con clave 0831.

Este decreto fue actualizado en varias ocasiones, siendo la última en el 2015, publicación que se encuentra disponible para consulta a través del siguiente link: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5404986&fecha=25/08/2015

Pese a esta ley, la sobreexplotación de las reservas freáticas se ha venido realizando de manera indiscriminada; algunas bajo la aprobación de la Conagua y otras de manera clandestina, pero que al final del día secan aún más el desierto de Jiménez.

El presente decreto deja dilucidar que la Conagua ha venido operando fuera del marco legal al hacer caso omiso en lo establecido y haber permitido la perforación de nuevos pozos que gozan de una relativa legalidad que fue concedida en la ilegalidad.

Y es que el decreto es claro; textualmente establece por tiempo indefinido veda para el alumbramiento de aguas subterráneas en la región de Jiménez, que comprende parte de los municipios de Camargo, Jiménez, Villa López, Allende, Zaragoza y San Francisco de Conchos, del estado de Chihuahua".

EXTRACCIÓN EXCESIVA: ABATIMIENTO DE NIVELES ESTÁTICOS

Y no lo dicen habitantes de Jiménez, sino el propio decreto establece que el funcionamiento del acuífero ha sido afectado principalmente por las extracciones de agua subterránea, que se han realizado e incrementado a través del tiempo, por el bombeo de agua que se efectúa en pozos profundos. Entre los efectos provocados por la excesiva extracción son los abatimientos observados en los niveles estáticos.

En el acuífero Jiménez-Camargo, la profundidad al nivel estático en el año de 1971 oscilaba entre 5 y 80 metros; en el año 1988 la profundidad al nivel estático variaba de 5 a 90 metros, con valores de 5 metros cerca del poblado de Villa López y los máximos de 90 metros, se encontraban en las cercanías de la Colonia Búfalo.

DE LA SEQUÍA A UN PROBLEMA DE SALUD

Sin embargo, la problemática de por sí ya preocupante, no es solo por la disposición de los recursos naturales, sino que se ha convertido en un problema de salud pública, ya que el agua está envenenada.

Si bien, antes de la sobreexplotación el agua subterránea ya presentaba altas concentraciones de sales, al abatimiento de los pozos y la necesidad de excavar cada vez a profundidades mayores para extraer el vital líquido, ha derivado en que el agua presente más contaminantes naturales del subsuelo como el arsénico.

Detalle que no se dejó de lado en el decreto antes mencionado, el cual establece: Respecto a la calidad del agua subterránea para consumo humano, algunos de los parámetros rebasan los límites máximos permisibles establecidos en la "Modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994. Salud ambiental. Agua para uso y consumo humano. Límites permisibles de calidad y tratamientos a que debe someterse el agua para su potabilización", publicada en el Diario Oficial de la Federación el 22 de noviembre de 2000, especialmente en sólidos totales disueltos y sulfato, por lo que no es apta para consumo humano.

La disponibilidad media anual de agua subterránea en el acuífero Jiménez-Camargo, se determinó considerando una recarga media anual de 173.3 millones de metros cúbicos; una descarga natural comprometida de 5.5 millones de metros cúbicos anuales, que corresponde a la descarga a través de manantiales y el volumen concesionado e inscrito en el Registro Público de Derechos de Agua al 30 de junio de 2014, de 309.9 millones de metros cúbicos anuales, resultando una disponibilidad media anual de agua subterránea con un déficit de 142.1 millones de metros cúbicos anuales.

Para agosto de 2017, el déficit de las aguas subterráneas se situaba en los -197.0 millones de metros cúbicos, por lo que a la fecha, se estima que el déficit ronde los -250 millones de metros cúbicos.