Tomochi, Chih.- “Si el pueblo rarámuri olvida a Gabriel Teporaca, está destinado a desaparecer”, expresó el historiador Fernando Peña, en el evento con motivo del 367 aniversario luctuoso del guerrero indígena, en un acto encabezado por el presidente municipal, Carlos Comadurán Amaya, quien destacó la valentía y honor del personaje.
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Durante el día, el edil acudió junto con la comunidad a entregar una ofrenda floral en la estatua en honor a Gabriel Teporaca, quien es considerado un héroe dentro de la comunidad, dada la importancia histórica de su legado.
El historiador afirmó que entre las mayores riquezas que tiene el estado de Chihuahua, está la comunidad rarámuri, la cual no sólo es orgullo de la entidad, sino símbolo ante los turistas de la belleza de Chihuahua.
Por ello, expresó que Gabriel Teporaca es uno de los personajes que los rarámuris no deben olvidar nunca, pues son sus raíces, así como su historia.
En la ceremonia, escuelas de la localidad realizaron danzas y poesías en honor de Gabriel y la cultura rarámuri, como uno de los legados más importantes de esta fecha.
El presidente Carlos Comadurán afirmó que Tomochi es uno de los centros neurálgicos de la historia guerrerense, por ello, como administración han decidido darle la importancia que tiene y favorecer con obras y servicios a la comunidad.
Gabriel Teporaca fue un guerrero tarahumara originario de lo que hoy es el estado de Chihuahua, es un representante de los prehispánicos que rechazaron la conquista y la colonización española. Probablemente era originario de la región comprendida entre Tomochi y Cocomórachi, se cree que fue el padre Gerónimo Figueroa quien lo bautizó y le puso el nombre de Gabriel.
En 1648 Teporaca llevaba excelentes relaciones con los misioneros de la región de San Francisco de Borja, colaborando en algunas tareas con la guardia virreinal como la creación de la Misión del Papigochi, hoy Guerrero, Chihuahua, y la fundación de la Villa de Aguilar, hoy un pueblo aledaño a Guerrero llamado Basúchil.
Sin embargo, en 1652 encabezó una importante rebelión de los tarahumaras, quienes se alzaron en armas debido a las vejaciones, la esclavitud y el despojo de tierras que eran víctimas, se sublevan ante los españoles establecidos en la cuenca y el valle del Papigochi. A Teporaca se unieron otros capitanes indios como Ochavari, Frasquito, Ternera, y Nicolasillo. En los primeros días de 1653, llega a la región de Nueva Vizcaya don Diego Guajardo Fajardo con su ejército y paulatinamente fueron derrotando las huestes de Teporaca.
El 28 de febrero lo aprisiona el capitán Sebastián Sosoaga, después de un simulacro de juicio, es sentenciado a la horca, siendo colgado del pino más alto de Tomochi el 4 de marzo de 1653. Su cadáver es dejado colgando, para que sirviera de escarmiento a todos los indígenas.