Este primero de noviembre por la noche como cada año los niños, jóvenes y principalmente padres de familia, practicaron la aún fresca tradición de pedir “Seremos”.
RECIBE LAS NOTICIAS EN TU WHATSAPP, SUSCRÍBETE AQUÍ
Se cree que ésta tuvo origen en tiempos de la colonia, aunque no se tiene la certeza de su origen y desde cuándo se practica esta fiesta, sólo se sabe que es una costumbre centenaria.
Por lo anterior las autoridades municipales, invitaron a la ciudadanía, especialmente a los niños del municipio de Allende a practicar y rescatar las tradiciones populares.
La maestra de ceremonias, Margarita Unzueta, mencionó que a la fecha es considerada única en el estado de Chihuahua, aunque no es privativa de dicha comunidad ya que en algunas comunidades aledañas a esta cabecera también se lleva a cabo, tal es el caso de Talamantes, El Pueblito y otras áreas rurales del municipio.
Indicó que por ser el primero de noviembre, el "Día de los Angelitos o de Todos los Santos", los valleros no podían ser la excepción del mexicano a quien le gusta jugar con la muerte; para ello con uno o dos días de anticipación los niños llenos de entusiasmo y sin importar su situación económica, empiezan a formar grupitos de cinco o seis elementos entre amigos, vecinos o familiares, así como asignarse con lo que cada uno ha de cooperar en esta fiesta: ya sea con un costal, una sábana blanca, el crucifijo, la vela, cerillos, la campana y una bolsa de plástico o de las llamadas redes para guardar lo que colectan.
La maestra dijo que se puede considerar como una escenificación de la muerte, pues al atardecer, cuando se oculta el sol y por todas las calles se observan los grupos, principalmente en los puntos más poblados, en los pequeños locales comerciales o donde ven la puerta abierta y la luz encendida.
Asimismo, de esta forma los pequeños llegan a la banqueta y, sin previo aviso, uno de ellos de inmediato se recuesta en el costal boca arriba semejando ser el "Angelito muerto", sus compañeros lo cubrirán con una sábana, quien a la altura de pecho sostendrá la vela encendida y el crucifijo. Los demás compañeros se hincan alrededor, se persignan y rezan un Padre Nuestro y un Ave María y concluye con un pequeño canto o estribillo de singular entonación.
Por ultimo, destacó que esta ceremonia, suele comenzar desde lo mas alejado del centro de Allende, en donde al transcurrir por las calles, van realizando lo antes mencionado, y las personas que se encuentran dentro de sus casas, salen a darles dulces.