La sequía impactó de manera severa a los pequeños productores de carne, muchos vieron morir a sus reses por falta de agua y alimento.
En diversas brechas que se ubican en la zona conurbada de Aldama se encuentran varias cadáveres de reses, algunas ya carcomidas por la fauna del sector.
Algunos de los pequeños productores del sector señalaron que estas lluvias han traído esperanza, pues muchos animales, no solo vacas, se estaban muriendo de sed.
El mantenimiento de sus hatos era costoso, por lo que se vieron en la necesidad de sacrificar a las menos productivas, vendiéndolas a bajos costos.
En las zona despoblada se puede ver la evidencia, hay huesos y restos de las reses que no lograron sobrevivir en tiempos de crisis.