Villa Ahumada, Chih.- Defensores del agua vuelven a alzar la voz para recordar que ante la corrupción en Conagua, no falta mucho tiempo para que Ahumada se quede sin líquido y con ello, sin agricultura y sin alimentos y dicen referirse a los actos ilegales de dependencias como la Comisión Nacional del Agua, porque han pasado ya ocho años desde que la entones PGR y otras instancias iniciaron investigación para detectar pozos ilegales que se abrieron con documentos clonados, así como cambio de uso de suelo también al margen de la ley de cientos de hectáreas de agostadero.
Cálculos conservadores de diversos grupos, aseguran que en el municipio de Ahumada existen alrededor de dos mil 500 pozos agrícolas legales, y otra cantidad similar de perforaciones ilegales, las cuales son sobreexplotadas, principalmente por grupos menonitas. Esta cifra podría verificarse si hubiera transparencia y claridad en Comisión Federal de Electricidad (CFE), para que revelara cuántos pozos pagan la cuota eléctrica; se sabe los pozos legales la pagan mediante facturación, pero de los ilegales, la cuota, solo ellos tienen conocimiento como, cuanto y dónde la pagan agricultores.
Ante la sequía y el abatimiento parcial de pozos, diferentes personajes, integrantes de diversos grupos "defensores del agua", recuerdan que en 2013, trabajos periodísticos realizados por la extinta Miroslava Breach Velducea, señalaron concretamente al señor Berahard Dueck Korneldsen de origen menonita como quien encabezó un grupo que adquirió alrededor de 226 hectáreas de tierras de agostadero cambiando ilegalmente el uso de suelo para abrirlas a cultivos, esto significó apertura e pozos (legales e ilegales, situación que la entonces PGR prometió indagar, sin resultados concretos hasta ahora.
Abrieron las tierras al cultivo de diferentes productos, algodón, trigo, maíz y alfalfa principalmente, sin tomar en cuenta que cultivos como la alfalfa requieren hasta un millón de litros por temporada mediante riego tradicional superficial y 800 mil litros se el es por cintilla, la cual va subterránea.
El problema es que no existe un censo real de los pozos, porque muchos han sido abiertos con documentación clonada, es decir, con un permiso legal, abrieron al menos otra perforación, sin saber nadie quien los protege, de eso se encargaría la entonces PGR y hasta hoy no hay ningún resultadoseñalaron.
En su momento (2013) se denunció este entramado para conocer quienes autorizaron la perforación de media docena e pozos para uso doméstico para riego de pequeñas superficies, después esos mismos permisos fueron clonados para hacerlos ver como si fueran para uso agrícola, esta información fue documentada por la PRG y grupos barzonista de la región; tanto el cambio de uso de suelo como perforaciones fueron ilegales, pero hasta el momento ya no hay información de mayores avances en la investigación.
En otro momento, el dirigente barzonista de entonces, Martín Solís Bustamante, reconoció que los permisos presentados por los extranjeros para modificar uso de suelo y los pozos eran apócrifos porque datan de una época virreinal en tierras de temporal, no de riego.
La falta de lluvias es factor para que en este omento, se desempolven estos hechos que a todas luces son ilegales, por la corrupción en la Comisión Nacional del Agua.
Mostraron documento de la información indagada por Miroslava Breach Velducea y publicada en la jornada el lunes 11 de febrero en la Jornada.
En otro orden de ideas, ejemplificaron: para producir un kilo de carne, se requieren 10 mil litros de agua, no porque el animal los beba, son porque por el líquido que se requiere para producir forraje, granos y hasta cascarilla de algodón, si el animal peso 350 kilos para sea negocio para el productor, entonces hay que multiplicar 350 por 10 mil, lo mismo pasa con otros cultivos; para producir medio kilo de trigo se necesitan aproximadamente 400 litros de líquido, para el algodón es una situación similar; estos datos son una investigación a nivel central de instancias federales de México y de universidades de Estados Unidos, aclararon.