Un total de 324 mujeres chihuahuenses de entre 18 y 26 años fueron sentenciadas en el 2019 por narcotráfico, cifra con la que se muestra un considerable aumento en la incursión de las féminas dentro del negocio de las drogas.
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En 2015 fueron 50, para 2019 la cifra aumentó en un 235% con 324 mujeres que recibieron una sentencia por el delito del fuero federal; un 50% fueron condenadas a 12 años de cárcel; un 12% a 15 años; el resto varía entre 5 y 7 años de prisión, de acuerdo al reporte 2019 del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La clasificación de las sentencias muestra que las mujeres forman parte de traficantes de bajo rango, como "camellos" o dealers, y en su totalidad son consumidoras de la droga.
El reporte muestra las féminas en Chihuahua, hoy en día participan en actos que van desde la posesión de droga para consumo personal, comercio o transporte, hasta el empaquetado o producción de drogas sintéticas en laboratorios clandestinos son algunas de las actividades que las chihuahuenses llevan a cabo, principalmente mujeres de entre 18 y 24 años de edad.
La mayor parte de los casos, las mujeres fueron procesadas por posesión de alguna droga con 242 casos, y aunque la mayor parte fue por consumo personal, el procedimiento se llevó por ser detenidas en la vía pública.
Posteriormente se encuentra el delito de comercio, lo que se ha generalizado más entre las mujeres que venden droga a otras mujeres, empezando con sus amigas y familiares, y de estos casos se registraron 33 en 2019 y 191 en 2018.
El transporte de droga fue de 14 casos en 2019 y 27 en 2018, por lo que en esta modalidad sí se pudo observar una disminución entre un año y otro.
La producción de droga, generalmente se refiere a las drogas sintéticas, fue de 23 casos en 2019 y 22 en 2018; en tanto que el tráfico de droga se dio en dos casos tanto en 2018 como en 2019. En la modalidad “otros” se registraron 29 casos el pasado 2018 y 43 en 2018.
CHIHUAHUA DE LOS ESTADOS CON MÁS "NARCOMUJERES"
Chihuahua se encuentra entre los estados con más "narcomujeres", jóvenes que a partir de los 14 años entran al mundo del crimen organizado asistiendo a fiestas “pesadas”, y que comienzan relacionándose con hombres dedicados al crimen organizado, para posteriormente delinquir apoyando a sus parejas.
Así las describe el libro “El ascenso de las mujeres en el crimen organizado”, en el que se muestra que en Chihuahua, Sinaloa y Jalisco, prevalecen los delitos contra la salud y por ende hay más mujeres que participan en el narcotráfico.
De acuerdo a la publicación del maestro Jorge Abel Guerrero, las mujeres igual fungen sólo como acompañantes y consumidoras de drogas, que como narcomenudistas y hasta asesinas a sueldo pertenecen a la clase baja o media, tienen rostros comunes, muchas de ellas son madres solteras que buscan conseguir dinero y sustento al precio que sea.
De acuerdo a la publicación en la que participa el profesor Jorge Abel Guerrero Velasco, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, se dejan llevar por las grandes cantidades de dinero que mueven los integrantes del crimen organizado, por lo que comienzan a relacionarse con ellos.
Además, los llamados “narcocorridos” han convertido a estas mujeres en leyenda bonitas, pelo planchado, labios con colágeno, cejas delineadas con ropa entallada de marca y cuerpos con cirugías.
De esta forma es como Chihuahua se encuentra entre los estados con más delitos relacionados con el crimen organizado y por ende se encuentran a estas mujeres que han marcado una “moda” por su manera de vestir y actuar.
Generalmente, ellas incursionan en la venta de pequeñas cantidades de marihuana, cocaína, opio, anfetaminas, cristal u otros estupefacientes.
Las mujeres pasan más desapercibidas y emplean pequeños negocios como boleras, puestos de abarrotes, taquerías, puntos de venta de comidas ambulantes o incluso su propio domicilio para distribuir la droga entre los consumidores, bajo la atenta mirada de los jefes o de las jefas de cédula o de barrio.
En general, las féminas se ocupan también de “cocinar” drogas como la cocaína pura, esto es, mezclarla con otros ingredientes para sacar más beneficios, principalmente con anestésicos, aspirinas, cafeína o harina.
Madres, hermanas, novias, estudiantes, etcétera, se emplean a diario en estas tareas para sacar lo suficiente para apenas subsistir, pues las ganancias son mucho menores a lo que en un principio piensan, debido a que la mayor parte, son también consumidoras.
FUNCIONES QUE DESEMPEÑAN
*Comienzan como acompañantes de los narcotraficantes, pero posteriormente se desempeñan en distintas actividades específicas para las que son “capacitadas” por los narcotraficantes.
*“Burreras” o “mulas”: Transportan droga de una frontera a otra tragándola, y para ello recurren a técnicas como injertos de droga en el busto.
*Espías: Se sitúan en puntos estratégicos para informar a los narcotraficantes cuándo van a ser aprehendidos, y su ventaja es que muchas no son juzgadas por la imposibilidad de comprobar su participación en el negocio.
*Consumidoras que “trabajan” o participan de forma indirecta.
*Narcomenudistas: Venden sustancias ilegales a pequeña escala.
*Mujeres sicario: Desempeñan roles que antes eran exclusivos de los hombres y son preparadas para asesinar a sangre fría.
BUSCAN SUEÑOS DE PODERÍO QUE MUCHAS VECES PAGAN CON PRISIÓN O CON LA VIDA
Las llamadas "chicas narco" retan las normas por sus grandes sueños de poderío, pero pagan una factura muy cara, pues se convierten en adictas, pero además son utilizadas para cometer delitos y muchas de ellas terminan en la cárcel acusadas de delitos como secuestro u homicidio o narcotráfico, indicó Joel Gándara, sicólogo social.
El entrevistado dijo que estas mujeres se dejan llevar por alguien que tiene dinero y derroche de poder, lo que para ellas es muy atractivo, y es por eso que mantienen estas relaciones, “desgraciadamente las consecuencias las sabemos, terminan en Ceresos como víctimas porque son usadas para cometer delitos”.
El origen de esta problemática, señaló, es la ausencia de valores y ejemplos dignos a seguir, pues no hay factores de conducta que las puedan guiar por el bien, la vanidad las envuelve y disfrutan de los viajes.
“Generalmente estas personas tienen una ausencia o desconocimiento de valores, de amor propio, son objetos y mercancía y venden al mejor postor, pero su destino es muy triste porque emocionalmente llegan a enamorarse y decepcionarse".
Algunas de ellas quedan embarazadas y cuando recuperan un poco la figura vuelven a las mismas andanzas, a ser objetos decorativos, damas de compañía para hacer sentir bien a estas personas a estas actividades.
El entrevistado añadió que aunque no existe un termómetro que las pueda detectar porque se cuidan mucho, éstas existen y se trata de chicas incluso menores de edad.
Añadió que algunas de ellas sufren incluso la cadena perpetua por las malas compañías acusadas de secuestro homicidios y otros delitos.