Histórico estiaje en la presa Parral, manto acuífero que sirve para abastecer el poniente de la ciudad y que hoy es apenas un charco que ni para dar de beber al ganado alcanza. El sector afectado que se cuenta en 26 colonias es suministrado con 10 pipas en tandeos que se extraen desde las minas que abastecen la planta potabilizadora. La presa tiene una capacidad de más de 4 millones cúbicos, está prácticamente seca, desértica y el pequeño espacio donde existe el poco líquido que queda parece un espejismo.
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“Oremos para que llueva en septiembre y octubre, que se llene un poquito más…” La frase conmovedora del director técnico de la JMAS que concuerda con el panorama del manto acuífero que pasó de ser un vasto manantial, importante para el suministro de la dependencia en 26 colonias del sector poniente y que ahora se queda con la esperanza de que la temporada de lluvias venidera sea abundante y vuelva a ser la principal fuente.
La presa que cuenta con una capacidad para 4.35 millones de metros cúbicos de agua, hoy se encuentra por debajo del 10 por ciento del total de capacidad a raíz de la sequía que golpeó la región en el año pasado, según lo expuso Manuel Ramos, director técnico de la JMAS.
Al recorrer el lugar, se puede constatar la aridez en un paisaje desolado, pues donde antes abundaba agua donde habitaban peces y los lugareños pescaban, hoy sólo unas vacas beben y las personas revisan para lograr pescar lo que queda de los peces, si es que quedan.
Para llegar a ella se tiene que acudir a pie ya que el camino principal está cerrado por los propietarios ejidales de este lugar, o bien, cruzar las comunidades conocidas como “El Chonte” en Corral de Piedra, municipio de Santa Bárbara, caminos pedregosos que por su superficie hacen difícil el camino en vehículos pequeños.
Anteriormente, cuando había abundante líquido, el lugar era atestado por visitantes de los municipios aledaños, quienes, además de acudir a convivir, alistaban sus cañas de pescar para luego de una tarde de campo, volver a casa para preparar ya que abundaba de bagres y tilapias y además de ser un paisaje digno de visitar, era la más importante fuente de suministro para el servicio de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Parral.
Fue apenas el año pasado, cuando de su capacidad que según Manuel Ramos, director técnico de la junta, estaba en un 62 por ciento sin alcanzar la totalidad de su capacidad tras la sequía que se presentó y apenas el pasado mes, al encontrarse con un suministro del 13 por ciento, se cerró la extracción del vital líquido por lo que la JMAS tuvo que idear nuevas formas de ejercer el tandeo en las 26 colonias.
El terreno de su ubicación en un punto que divide el territorio de Santa Bárbara con Parral, es propiedad ejidal, por lo que las piezas de ganado siempre han sido vistas al bajar a beber las aguas de la presa, esta vez se les pudo observar, cansadas pues tuvieron que recorrer varios metros abajo, para probar de los “charcos” que quedaron.
Sectores afectados que son suministrados a base de pipas
El tandeo del agua que provenía de este lugar y que ahora usa agua de la planta potabilizadora, son colonias como López Portillo, Zapata, Estación, Morelos, Francisco Villa, Loma Linda, San Rafael, parte de Héroes de la Revolución, San Uriel, Progreso, Las Palmas, El Potrero, Las Huertas, La Muela, San Antonio de las Huertas, Las Quintas, Centro, Infonavit Méndez Rosas, Real de Minas, Oleyda, Unidad Habitacional Militar, Juárez y su ampliación, Santo Tomas, El Presón, Rinconadas del Sol, y Miguel Hidalgo.
Ahora el suministro en estos sectores es de 5 a 7 horas, para lo cual no alcanza para el uso diario de cada individuo, por lo que la Junta Municipal de Agua y Saneamiento liberó la circulación de pipas de agua para alcanzar a suministrar las partes altas, afectadas con el corto tiempo de abastecimiento del recurso hídrico.
El agua se tiene que extraer de los manantiales de las minas La Esmeralda y la mina “Arbolito”, donde se abastecen de la planta potabilizadora que sirve para trabajar el líquido y que así pueda ser usado por la ciudadanía.
Con apenas 10 pipas, el total de los sectores en sus partes altas es cubierto, aunque los colonos de diferentes partes en mención, se lamentan la situación. En el potrero, “No tenemos agua, llegó un chorrito apenas, me levanté a las 5:00 de la mañana y nada; luego a las 6:00 llegó bien poquita”, expone una vecina.
Otra quejosa, María Heredia, habitante del fraccionamiento El Quijote primera etapa, expone: “De por sí no llega bien, ahora menos; pero eso sí, los recibos son bien puntualitos, esos no fallan”.
Asimismo, en el fraccionamiento Montañas, Cindy Ochoa, afirma que no fallaba el suministro de cada dos días; ahora expresa que tiene que esperar a las pipas para poder llenar su tanque. “Si no toreamos las pipas no nos llena el tanque que se acaba en un día, no nos rinde”, expresa otro usuario afectado.”
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