El caso Barbarita salió nuevamente a la luz pública, tras la liberación de Jesús García Gándara, hoy día, los familiares de la pequeña al acudir en su búsqueda prefieren no opinar sobre el tema y el abogado defensor del acusado de perpetrar el atroz crimen, declara que por petición de la familia, no dará más declaraciones de este suceso que cambió la expectación de la ciudadanía parralense.
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Al darse a conocer el cumplimiento de la sentencia que se le dictaminó a Jesús José García Gándara, la historia del crimen sobre el asesinato de “Barbarita”, volvió a ser parte de la opinión pública.
El pasado 29 de septiembre, Jesús José García Gándara salió libre tras cumplir una sentencia de 12 años de prisión, por ser el acusado de asesinar a la pequeña de tres años, Bárbara Jazari Batalla Alvarado en hechos ocurridos en el año 2006.
Los familiares de la pequeña, al acudir en su búsqueda, prefirieron no opinar sobre la liberación de esta persona, quien fue condenado a pasar doce años en la cárcel con una sentencia menor, debido a que la autoridad que lo enjuició, así lo determinó tras un estudio psicológico y psiquiátrico que le otorgó la imputabilidad.
También, el abogado defensor de Jesús García Gándara, Lic. José Luis Castruita, dijo que por petición de los parientes del acusado, no emitió ninguna opinión sobre los detalles de su liberación.
HISTORIA DEL FEMINICIDIO
En aquel entonces el horror del feminicidio se extendió el viernes 18 de agosto, luego de darse a conocer el hallazgo del cuerpo desnudo y descuartizado de una niña de 3 años quien permaneció desaparecida por cuatro días, los cuales, ésta Casa Editora dio seguimiento puntual.
Fue un día gris para la colonia Infonavit San Uriel, ya que el cuerpecito mutilado de la niña fue encontrado en la casa marcada con el numeral 56 de la calle Palma y según mencionaron, estaba dentro de una bolsa, aunque los informes oficiales de ese entonces afirmaban que fue descuartizada y dejada en diferentes lugares.
La escena del lugar donde fueron encontrados los restos, poco a poco se llenó de vecinos a la par de camionetas oficiales que duraron varias horas en el mismo, lo más triste, fue el arribo de los familiares en ese día.
Tras varios días de que pasara el hecho faltaban por encontrar más restos, los pormenores de su autopsia detallaron que la niña había fallecido a causa de la pérdida de sangre causada por heridas punzo cortantes, quedando cada vez más preguntas que respuestas en la sociedad sobre este horrendo crimen, como hasta el momento.
Hasta un año después de este cruel asesinato, la autoridad de aquel entonces informó sobre la detención del probable asesino, a quien primeramente se le juzgó con una sentencia de 30 años, la cual se redujo por ser inimputable.
Tenía en aquel entonces 19 años Juan José García Gándara, cuando fue arrestado el 16 de agosto, acusado de asesinar a su sobrina de tres años, con extrema violencia. En efecto, era familiar de la menor el acusado, quien fue catalogado por especialistas como un enfermo mental con esquizofrenia.
Según los datos mostrados por la Subprocuraduría de Justicia de aquellos años, el hombre confesó el sangriento asesinato de la niña Bárbara Batalla Alvarado, a quien cortó en pedazos, porque planeaba ‘’hacer un guiso’’ entre otras atrocidades vertidas por la autoridad.
En el perfil psicológico reveló que le gustaba tener relaciones sexuales con animales y que desde muy niño había sido homosexual, por lo que la niña no sufrió ataque sexual, datos que generaban inquietud entre la opinión pública.
Según el expediente, el asesino usó un martillo, dos cuchillos, una segueta y un serrucho para mutilar a la niña y confesó que primero segmentó las manos, luego los pies, posteriormente las rodillas, luego muslos y de ahí siguió para cortar a la altura de los codos; se pasó a los hombros, para luego cortar el tronco a la mitad, y seguir con los dedos de los pies y las manos.
Este proceso judicial, se sostuvo de manera hermética y el abogado aseguraba en su momento que pese a que sostuvo las pruebas, tumbar las acusaciones en su contra, la autoridad determinó su culpabilidad.
Cabe subrayar que esta persona salió libre el pasado 29 de septiembre, tras cumplir la condena que la autoridad enjuiciadora le impuso reducida de 30 a 12 años, por considerarle inimputable por su salud mental.