Cientos de niños se preparan este 30 de abril para salir de sus casas con el fin de conseguir el sustento, trabajando de distintas maneras o solicitando ayuda para comer, mientras otros celebrarán el Día del Niño, en donde el júbilo, los regalos y las sorpresas son el eje central para el disfrute de esta fecha.
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En el año de 1924, en México, se señaló el 30 de abril como Día del Niño, siendo presidente de la República, el General Álvaro Obregón y ministro de Educación Pública, el licenciado José Vasconcelos.
Esta decisión fue tomada con la finalidad de lograr reafirmar los derechos de los niños y crear una infancia feliz para un desarrollo pleno e integral como ser humano.
Lo anterior, debido a que el 20 de noviembre de 1959, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), instituyó la celebración del Día Internacional de los Niños; sin embargo, cada país ha decidido establecer un día especial a fin de celebrar a los pequeños de todo el planeta; no obstante, la ONU declaró el 20 de noviembre el Día Universal del Niño, fecha en que se aprobó también la Declaración de los Derechos del Niño y la Convención Sobre Los Derechos del Niños.
Hoy, los padres de familia festejarán a los reyes del hogar con fiesta, regalos, dulces, comida especial, paseos, y sorpresas que no se harán esperar en los hogares de cientos de niños.
Sin embargo, hay una verdad más allá de lo visible y que muchas veces se hace tan común, pues este día es uno de tantos, sin nada especial, para aquellos pequeños que se levantan desde temprana hora para salir a las principales calles de la ciudad y adquirir el sustento trabajando de diversas maneras, ya sea vendiendo dulces, cantando, o solicitando una ayuda para comer.
A mitad de la jornada, siempre es reconfortante detenerse en una sombra y tomar un respiro para continuar en su acción cotidiana.
Ese sello alegre y el deseo de jugar que distingue a los niños, no se determina por cuantas cosas se pueden poseer, sino en las pequeñas cosas, es por ello, que estos pequeños que viven una realidad distinta, buscan cualquier objeto para poder darle ese toque de alegría al momento.
Caminan largos recorridos, admirando todo aquello que se les muestra detrás de un aparador, anhelando que un día puedan tenerlo entre sus manos, es por ello que cada día se esfuerzan por conseguir aquel sueño que dista mucho de la realidad.