Aunque la base de operaciones de Ovidio Guzmán López, “El Ratón” o “El Gato Negro”, se concentra en el estado de Sinaloa, donde radicaba junto con su padre Joaquín “El Chapo” Guzmán, su alcance llegaba al estado de Chihuahua, donde mantiene lugartenientes en la extensión del territorio desde el sur hasta la frontera de Juárez.
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De acuerdo con el organigrama criminal que existe en los archivos de la Fiscalía General del Estado, hay al menos 32 encargados de plaza distribuidos en todo el territorio estatal, los cuales con el paso de los años y los días han sido capturados y abatidos, que aún quedan por lo menos 13 desde los límites de la Sierra Tarahumara hasta el norte de Ciudad Juárez.
El Gobierno de la República tenía identificado a Ovidio como uno de los sucesores para dirigir el llamado Cártel de Sinaloa, incluso el 17 de octubre de 2019 lo lograron capturar y lo dejaron en libertad ante un serie de ataques armados, quema de vehículos y todo un caos que se generó a raíz de su arresto.
Por otra parte, en Chihuahua, las áreas de inteligencia de la Fiscalía General del Estado cuentan con una estructura que es financiada y operativa del Cártel de Sinaloa, que se encuentra distribuida en gran territorio del estado para los negocios ilícitos de esta célula delictiva y quienes mantienen un intenso conflicto con el grupo antagónico del Cártel de Juárez.
Los lugartenientes del Cártel de Sinaloa que se hacen cargo de toda la estructura operativa en Chihuahua, Durango y Sonora son dos familias identificadas como Los Salazar y Los Salgueiro, dos de sus integrantes, según el mismo documento, son los encargados de plaza y operadores financieros de esta célula criminal.
De acuerdo con la información, la familia Salazar opera en gran parte de Durango y la zona sur del estado de Chihuahua, sin embargo, sus extensiones llegan a la ciudad de Chihuahua y parte de Juárez, donde las autoridades han detectado y capturado a miembros de esta agrupación en diferentes intervenciones.
Actualmente Ruperto S. N., “el 37”, es considerado el líder máximo de la organización, tras la captura de su hermano Noel S. N., alias “el Flaco”, considerado en 2011 el lugarteniente del mismo Joaquín Guzmán en el denominado “Triángulo Dorado”, es decir en el estado de Chihuahua, Sonora y Durango.
Los hermanos Heriberto y José son los operadores de la agrupación, mismos que tenían en su grupo principal de operación a Antonio Leonel C. M., “el 300” o “el Bin Laden”, y José Bryan S. Z., “el 90”, como sus principales operadores en la zona de Parral y sus alrededores, pero los dos últimos fueron capturados en 2022 por investigaciones de la Fiscalía General del Estado, incluso a Bryan lo capturaron cuando estaba en un bautizo, junto al sobrino de Joaquín “el Chapo”, de nombre Elián Guzmán.
Por otra parte, la familia Salazar que opera en la zona de Chihuahua y Sonora tiene una amplia estructura de criminales, comenzando por Adán S. Z., “Don Adán”, mismo que se encuentra en prisión y quien es fundador de la organización, pero tras su captura su hermano José Crispín S. Z., “el Tío Pin”, se quedó con el cargo.
José Crispín actualmente tiene su centro de operaciones en la comunidad de Agua Prieta, Sonora, y Chínipas, en Chihuahua, y tiene distribuidos diferentes encargados de plaza en diferentes municipios del estado, entre los que destacan, José Noriel P. G., “el Chueco”, otro sujeto que es de los más buscados por los tres niveles de gobierno, acusado por el homicidio de los sacerdotes en Cerocahui.
De igual forma se encuentra, según el documento de la Fiscalía General del Estado, Rodolfo Eduardo L. Z., “el Eddy Zafiro”, quien lidera al grupo criminal del Cártel de Sinaloa en la zona de Creel, en el municipio de Bocoyna; les sigue Servando M. O., “el Servandito”, como el responsable del grupo criminal en la zona de Batopilas.
Al momento existen más involucrados en la organización criminal del Cártel de Sinaloa, sin embargo, ambas familias tienen operadores financieros, distribuidores, pistoleros y demás trabajando en otros espacios de la ciudad de Chihuahua, pasando por Madera, Villa Ahumada y se tiene poca presencia en la frontera de Juárez.
Es de mencionar que a pesar de que ambas familias estén operando para la misma organización criminal, existe una rivalidad interna entre los mismos, ya que buscan llegar a la mayoría de los territorios disponibles.
Nota originalmente publicada en El Heraldo de Chihuahua
