Hasta un 80% de los transportistas de Parral sufrieron una extorsión por parte de alguna autoridad durante 2022; aunado a ello se señala que todos los transportistas en alguna ocasión han sido extorsionados.
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Juan de Dios Loya Lazcano, delegado de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos, calificó esta situación como lamentable, debido a que hasta 500 transportistas del sur de Chihuahua son foco de extorsiones por parte de corporaciones policiacas de los tres órdenes de gobierno.
“De verdad es algo que nos toca vivir a todo el gremio de transportistas, somos víctimas de la extorsión de parte de las diferentes corporaciones policiacas, así como por grupos de la delincuencia organizada también”, declaró el delegado de Conatram.
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Expuso que para dimensionar este problema se puede ejemplificar que, en 2022, de cada 100 transportistas de Parral, 80 fueron víctimas de extorsión, además de que todos han sido en algún momento extorsionados.
Señaló que, como consecuencia de esta problemática nacional, han muerto operadores, han sido secuestrados y víctimas del robo de mercancía e incluso hasta de la unidad por completo.
Explicó que esta situación se vive en todas las carreteras del país, precisando que, en zonas como Guadalupe y Calvo, Chihuahua, las unidades estatales constantemente buscan “mordidas” o sobornos de transportistas, bajo el argumento de que están checando números de serie.
“Es lamentable que en estados como el de Nuevo León, tenga usted que circular con los documentos originales de su vehículo para no ser remitido a los diferentes depósitos de grúa” aseguró.
Los transportistas en ciudades como Monterrey, han tenido que dar “mordidas” de hasta más de 15 mil pesos; narró que el modus operandi de autoridades viales comienza con revisiones para a la menor falta hablarle a la grúa.
“Por una infracción de Tránsito, hasta por una falta de direccionales llaman a la grúa, y los vehículos de concesionario son remitidos aun y cuando la unidad va cargada o vacía”, puntualizó.
Una vez que se amenaza con la presencia de la grúa, el amedrentamiento comienza; los oficiales le ejemplifican al conductor que resulta más fácil darles “el moche” para que no tengan que ir al depósito de vehículos y pagar el transporte de la grúa, ya que si bien hay multas pequeñas de 500 pesos, el gasto principal resulta ser el arrastre de las grúas que cobran más de 20 mil pesos, en muchos casos.
Ejemplificó que el hecho de que una unidad de carga sea llevada al depósito, requiere que los transportistas o los patrones viajen o acrediten que el vehículo incautado es de su propiedad, por lo que el conductor se ve orillado a incurrir en actos de corrupción.