Teleférico, el ambicioso proyecto anunciado desde 2013 destinado a no ser

Tras una inversión inicial de 110 mdp en 2013 y después del paso de varias administraciones finalmente este 2024 fue descartado pues se requieren 250 mdp más para concluirlo y otros 30 mdp anuales para mantenimiento que pueden aplicarse en otras problemáticas

Marcos Merendón / El Sol de Parral

  · lunes 11 de noviembre de 2024

Foto: Javier Cruz / El Sol de Parral

Anunciado en 2013 como el proyecto que transformaría la imagen turística de Parral y al cual se le invirtieron 110 millones de pesos para arrancar, el teleférico que recorrería el centro de la ciudad quedó descartado al considerarse inviable su instalación, ya que de acuerdo con la nueva Administración Municipal se requieren 250 mdp más para concluirlo y otros 30 mdp anuales para mantenimiento, recurso que consideran más importante aplicarlo para solucionar problemáticas como el abastecimiento de agua.

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El sueño de construir un teleférico en Parral ha sido una de las promesas más emblemáticas y, con el tiempo, una de las más frustradas para sus habitantes. Esta historia de esperanzas, burocracia y obstáculos nos lleva a entender cómo un proyecto ambicioso fue transformándose en un símbolo de demagogia y gestiones políticas fallidas.

2013: El anuncio de un sueño turístico

La idea de construir un teleférico en Parral fue inicialmente impulsada por el entonces gobernador de Chihuahua, César Duarte, quien vio en el proyecto una oportunidad de desarrollo turístico y una forma de destacar a la ciudad en el panorama turístico nacional. Durante una gira en el estado en 2013, Duarte propuso la idea ante Claudia Ruiz Massieu, secretaria de Turismo del gobierno de Enrique Peña Nieto. Tras un encuentro en Chihuahua, Duarte convenció a Ruiz Massieu de visitar Parral, y fue el 30 de septiembre de 2013 cuando, en una ceremonia con cobertura mediática, se colocó la primera piedra del proyecto.

Esta propuesta tenía como objetivo unir los dos cerros más prominentes de la ciudad: desde el Cerro de Las Antenas hasta la Mina La Prieta. Se trataba de un trayecto que, de ser realizado, ofrecería vistas panorámicas inigualables de Parral y se posicionaría como un atractivo turístico de primer nivel. Sin embargo, la realidad técnica y económica no tardó en asomar sus primeros problemas.

2014: Un diseño ambicioso y la llegada de los primeros equipos

Para lograr esta ambiciosa obra, se planificó una ruta de 747 metros, con dos estaciones: una en la Mina La Prieta y la otra en la Plaza El Quijote, en la zona antigua de Parral. El proyecto incluía la instalación de cinco torres, tres intermedias y dos en las estaciones, así como ocho cabinas con capacidad para transportar a ocho personas cada una.

La compra del equipo fue adjudicada a Doppelmayr, una empresa austríaca especializada en sistemas de teleférico y transporte aéreo. El costo del equipamiento ascendió a 190 millones de pesos, lo que incluía las cabinas, torres y sistemas electromecánicos. La primera gran entrega se programó para el 23 de diciembre de 2014, momento en que los habitantes de Parral vieron materializarse una parte del proyecto, con la llegada de piezas fundamentales para el teleférico.

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Foto: Javier Cruz / El Sol de Parral

2015: Obstáculos históricos y legales

El 20 de marzo de 2015 se lanzó la licitación para la obra civil del teleférico, que daría forma física al proyecto y permitiría comenzar a erigir las torres y estaciones. Sin embargo, en agosto de ese mismo año, surgió el primer gran obstáculo. Edgar Piñón, en aquel entonces responsable de Turismo del Municipio, mantenía las esperanzas de que el proyecto se concretara y, en una entrevista con El Sol de Parral el 20 de agosto, aseguró que la obra civil comenzaría en septiembre. Solo una semana después, se reveló un obstáculo inesperado: el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emitió observaciones al proyecto, especialmente con respecto a la torre tres, cuya construcción se consideró problemática por razones de conservación histórica.

El INAH advirtió que la torre tres estaba planeada en la plaza Guillermo Baca, justo en un área considerada de relevancia cultural, y que su altura afectaría la armonía visual del Centro Histórico. La suspensión de los trabajos, impuesta por el INAH, paralizó el avance y generó una confrontación entre el gobierno de César Duarte y las autoridades de conservación del patrimonio.

2015: Reconfiguración y ajustes al proyecto

El 28 de agosto de 2015, en una de sus giras a Parral, César Duarte anunció que el problema con el INAH estaba solucionado y que el proyecto seguiría adelante. Sin embargo, las palabras del gobernador no iban acompañadas de una autorización real, y los trabajos permanecieron suspendidos. A finales de octubre, el entonces presidente municipal Miguel Jurado sostuvo una reunión con el INAH, tras la cual se plantearon dos posibles soluciones: la primera era modificar el trayecto para que el teleférico terminara en la Plaza Zaragoza, y la segunda era trasladar la estación final al edificio del Gobierno del Estado. Finalmente, el 7 de noviembre de 2015, se aprobó esta última opción, acortando el trayecto a 320 metros, una reducción de casi el 60 por ciento del diseño original.

En noviembre de 2015, un grupo de topógrafos austríacos llegó a Parral para evaluar la viabilidad técnica del nuevo recorrido. Con los ajustes, parecía que el proyecto podría seguir adelante, aunque la escala y el impacto turístico se habían reducido considerablemente.

Foto: Javier Cruz / El Sol de Parral

2016: Cambio de administración y nuevas promesas

El 8 de agosto de 2016, el INAH aprobó oficialmente el nuevo plan del teleférico. Sin embargo, los problemas financieros surgieron rápidamente. Ivonne Barriga, directora de Turismo del Estado, advirtió el 6 de septiembre de 2016 que la administración actual no concluiría la obra, y que la responsabilidad recaería en la próxima administración. Para terminar el proyecto, se requerían 67 millones de pesos adicionales, de los cuales 27 millones provendrían de la Federación y 40 millones del Estado.

Cuando Javier Corral asumió la gubernatura, encontró un panorama financiero complicado. Los recursos del estado estaban agotados, y el nuevo gobierno solicitó apoyo económico para distintas obras, incluyendo el teleférico. En su primera visita a Parral el 27 de abril de 2017, Corral anunció una inversión de 70 millones de pesos en varias obras, y mencionó al teleférico como una de las prioridades.

2017: Retroceso y pérdida de fondos

Sin embargo, el 5 de junio de 2017, el Gobierno Estatal envió una petición al Gobierno Federal para reasignar los recursos destinados al teleférico. En lugar de los 27 millones de pesos previamente comprometidos, solo se solicitaron 15.5 millones, y el resto se destinó a otros proyectos en cuatro municipios distintos. El 18 de julio de 2017, la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico, encabezada por Alejandra de la Vega Arizpe, fue notificada de que la reasignación había sido aprobada, lo que marcaba un serio retroceso en el avance del teleférico.

Ese mismo año, el subsecretario de Innovación, Jesús Mesta Fitzmaurice, aseguró públicamente que el proyecto no había avanzado debido a la falta de autorización del INAH, una declaración incorrecta, ya que dicha autorización se había otorgado desde febrero de 2017.

2022: Un renovado interés en el teleférico

El viernes 18 de noviembre de 2022, la gobernadora María Eugenia Campos anunció en una visita a Parral que el proyecto del teleférico y un nuevo corredor turístico estaban contemplados para 2023. Campos declaró que ambos proyectos contaban con un presupuesto inicial, y que el teleférico sería un detonante del turismo local.

2023: La esperanza de la Inversión Privada

El 11 de septiembre de 2023, César Peña Valles, presidente municipal de Parral, anunció que el teleférico sería construido por una empresa privada, quien invertiría la totalidad de los recursos. Según Peña Valles, las gestiones se realizaron en Ciudad de México, y el acuerdo consistía en que la empresa, al concluir la obra, recibiría una concesión para operar el teleférico durante un periodo de tiempo que le permitiera recuperar su inversión. Paralelamente, el diputado Edgar Piñón confirmó que la empresa austríaca Doppelmayr evaluaría el equipo previamente adquirido, cuyo costo inicial superaba los 100 millones de pesos.

Foto: Javier Cruz / El Sol de Parral

2024: Inviabilidad y realidad económica

Jamás se logró concretar el proyecto que empezó hace más de 11 años y el sueño de un teleférico en Parral terminó al descartarse la posibilidad de convertirlo en realidad. Foto: Javier Cruz / El Sol de Parral

El 25 de enero de 2024, el subsecretario de Turismo de Chihuahua, Orlando Barraza Chávez, comentó que la construcción del teleférico podría concluirse a finales de 2024 o principios de 2025.

Sin embargo, en octubre la nueva directora de Turismo, Jéssica Hyslop, aseveró que para continuar con la obra se requerirían 250 millones de pesos adicionales, y que el mantenimiento anual ascendería a 30 millones de pesos, un gasto considerable para el Municipio, por lo que se descartó que se pudiera darle seguimiento a dicha obra.

Ante esta realidad, finalmente reconocieron que el proyecto resultaba inoperante en términos económicos. La inversión necesaria y los costos de mantenimiento superaban la capacidad presupuestaria de Parral, lo que condujo al abandono de la idea del teleférico.

Finalmente, la Secretaria de Turismo manifestó que acudiría a la ciudad para verificar el estado de las piezas del teleférico, con el fin de dictaminar qué se habrá de realizar con dicho equipo, en donde de entrada se ha manifestado que ya no están todas las que deberían estar, debido al robo de las mismas.

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El teleférico de Parral representa una crónica de promesas incumplidas y expectativas rotas. Desde la colocación de su primera piedra en 2013 hasta su abandono en 2024, el proyecto se convirtió en un recordatorio de cómo los sueños turísticos pueden ser vulnerables a las dinámicas políticas, la falta de planeación y la realidad financiera. Hoy, los habitantes de Parral observan cómo este ambicioso proyecto queda en el pasado, dejando tras de sí una lección de responsabilidad y realismo.