En el patio de una humilde vivienda, juega una pequeña de tan sólo ocho años de edad, quien más de la mitad de su vida, semana a semana se ha enfrentado a diversos tratamientos, cuando a sus cortos cuatro años fue diagnosticada con leucemia; ahora sólo pide para Navidad que pronto terminen sus quimios, muñecas y una tableta electrónica, pero como primogénita, también desea que a sus hermanos de seis, tres y un año, se les conceda un carro de control remoto, ropa y pañales.
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En la calle Prolongación Naciones Unidas con el numeral 34, de la colonia Che Guevara tercera etapa, vive Bianca Rebeca Quezada Martínez, una joven madre de 26 años de edad, quien tiene cuatro hijos; Suhey, Mateo, Johan y Luis, quienes tienen ocho, seis, tres y un año, respectivamente.
Dos cuartos son suficientes para albergar su hogar, Suhey, la primogénita es el ejemplo de la familia, cuando apenas tenía cuatro años de edad fue diagnosticada con leucemia, ahora ya tiene ocho, por ello más, de la mitad de su vida ha tenido tratamientos desgastantes; sin embargo, ya se encuentra a punto de superarlo, inclusive, ella misma pide para Navidad que la situación ya termine pronto, porque considera que cada ocho días que acude al Hospital Infantil, es doloroso.
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Con una fortaleza como si nada pasara, la menor platica mientras pasea en un triciclo, que lo más anhelado en esta Navidad será que ya termine su proceso que todo este tiempo ha tenido, pero como es la hermana mayor, también pide que para Mateo y Johan, “Santa Claus” les lleve un carro de control remoto, en tanto, para Luis, pide ropa y pañales.
Unos gatos como mascota, juguetes recibidos en años anteriores y la joven mujer cargando en brazos al más pequeño de la casa, son el escenario en el que la familia Rivas Quezada, narra las experiencias vividas durante este tiempo, los más difíciles desde hace cuatro años, al viajar semana a semana hasta Chihuahua para que Suhey, reciba sus tratamientos.
Jugando a lado de sus tres hermanos, la menor de pocas palabras para contar su pesar de más de media vida, muestra en su rostro una fortaleza que a decir de su madre, desde un inicio fue así. Cuando le notificó de la enfermedad, lo tomó normal y lo único en lo que pensó fue salir avante ante lo presentado.
Sin pensar, lo primero que pidió fueron muñecas, también una tableta electrónica, pero aún con más decisión, su mayor anhelo es que su tratamiento ya termine pronto, sufre cada vez que acuden al Hospital Infantil, según lo comentado por su madre, quien considera que ha sido agotador, pero primero y sobre todo siempre estará la salud de su hija.
Bianca Rebeca, madre de los cuatro niños, dice que cada salida a la capital genera un gasto, a pesar de que se traslada en el transporte que ofrece el Desarrollo Integral de la Familia, en ocasiones, la niña se queda internada y ellos tienen que regresar por su propios medios, ante ello, lo único que hace es conseguir el dinero.
La mujer dice que en una de esas ocasiones, le tocó pasar una nochebuena en el Hospital Infantil con su hija, quien con una sonrisa, recordó la situación al recibir un número considerable de obsequios; sin embargo, para ella, a la vez es triste pensarlo al ser parte de los momentos más complicados.
Mateo y Johan, de seis y tres años, se divierten mientras su hermana cuenta la experiencia, de pronto su petición es un carro de control remoto, pero también un robot, años atrás no llegó Santa a casa por la falta de recursos, en esta ocasión esperan que sí se estacione muy cerca de su casa.
Luis tiene apenas un año de edad, su madre y Suhey coincidieron en que ropa y pañales medianos, sería el apoyo ideal para esta Navidad, en la que aún no saben si llegan o no esos obsequios tan anhelados.