Con Eucaristía el Seminario Diocesano de Parral culminó el ciclo escolar, agradeciendo a Dios todos los bienes recibidos durante este periodo que, gracias a los bienhechores, así como a los maestros, la institución permanece impulsando a los futuros sacerdotes.
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Ante ello el rector de la institución, Víctor Hugo Pérez, comentó que como dice San Pablo "no solo es dar y sostener una obra si no que invita a que los mismos creyentes se ofrezcan"
“Estas palabras van para toda la comunidad del Seminario, para todos aquellos que la forman como piedras vivas, para que el Seminario esté vivo, especialmente para los futuros sacerdotes, una invitación para ofrecerse a sí mismos en una ofrenda que bien sabemos el Señor multiplica”, dijo.
Hizo referencia al pasaje bíblico de los cinco panes con el que Jesús alimenta a cinco mil hombres multiplicando el alimento; por lo que hizo alusión que en la poquedad de la vida y del tiempo el Señor lo enriquece.
“Así como el Señor nos ha enriquecido con su pobreza, así nosotros podemos cristificar la historia, el tiempo y la vida misma, démosle gracias a Dios porque esto también se testifica y lo podemos celebrar al llegar al término de este año escolar, porque cuando uno se decide entregarle todo a Dios, Él es el primero que no se queda atrás en multiplicarlo y en recompensarnos en energía, entusiasmo y en disposición para que esto se haga mil veces más grande”, mencionó.
Instó a los feligreses pedir a Dios que él sostenga con su Espíritu la obra que ha encomendado, como la vida misma de los seminaristas, la cual no es una más ya que la vida del ministerio también se puede convertir en una de las mejores expresiones que la vida humana puede tener en la ofrenda de sí mismos por aquellos a los que el Señor ama.
“Vemos cómo Jesús no solo cambia las leyes, sino que transforma el espíritu de la misma, al cristiano no solo le toca hacer las cosas de manera diferente sino mantener un Espíritu que trasciende los planes, los acuerdos y la escasa mirada que alcanza a tener el ojo humano, ni el ojo por ojo, ni diente por diente, ni llevarnos bien con los amigos alcanzara a realizar una obra que de Dios viene”, refirió.
El sacerdote invitó a los asistentes a seguir pidiendo a Dios los siga asistiendo con abundantes vocaciones, a través de la multiplicación en la disposición de los jóvenes para responderle, así como los que han culminado su formación para que el Señor multiplique la perspectiva del Espíritu que ya les ha otorgado vislumbrar en el futuro ministerio.
El rector finalizó agradeciendo a los maestros que contribuyen de manera voluntaria a la formación de los seminaristas, así como a los bienhechores que han sido parte fundamental para el sostenimiento del Seminario Diocesano de Parral.