Azota la sequía a las localidades de Parral, tales como Guillermo Baca, Maclovio Herrera, Las Ánimas y Villa Escobedo, pues existen familias que se dedican a la siembra y la ganadería, además se sostienen económicamente de sus ingresos. Sin embargo, debido a la falta de lluvias constantes desde hace más de cinco años, no se ha tenido suficiente productividad; además de que tampoco han recibido un apoyo o estímulo por parte del Gobierno Federal, pese al programa “Sembrando Vida”, ya que según externaron, los pobladores, “sólo se anunció, pero no se compartió algún apoyo”.
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Por su parte, Hugo Moreno, coordinador del programa federal, informó que Parral y sus localidades no están consideradas como zonas vulnerables y que es por ello que fueron excluidas del programa.
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Hidalgo del Parral, fuera de sus límites urbanos, cuenta con al menos cuatro localidades que se encuentran a escasos 20 kilómetros de distancia y que derivado de su lejanía a la ciudad su actividad productiva es enfocada a trabajar la materia prima a través de los oficios, como la ganadería y la agricultura, que durante años se han sostenido de los ingresos que reciben por la compra-venta de sus productos naturales; no obstante, en el último lustro la situación ha empeorado.
Las localidades con mayor población habitacional son Guillermo Baca, Maclovio Herrera (mejor conocida como Santa Rosa), Las Ánimas y Villa Escobedo (que son Minas Nuevas y San Antonio del Potrero). Estos lugares son asentamientos humanos que se encuentran sobre las carreteras rumbo a Ciudad Jiménez, en el caso de la primera en la lista. Rumbo a Chihuahua, por la carretera Vía Corta, las dos segundas enlistadas y por la carretera que conduce hacia el Hospital General. El tiempo para llegar desde Parral puede ser desde los 10 y hasta los 20 minutos, pues dos de ellas son con caminos de terracería.
Estos poblados son habitados desde hace muchos años por decenas de familias ejidatarias, quienes labran la tierra para conseguir cosechas y alimentan su ganado para posteriormente venderlo. Entre las principales siembras que se realizan está la cebolla de rabo, cilantro, árboles nogaleros para las nueces, así como existen franjas de alfalfa, tomate y maíz. En el caso de la ganadería, existen cabezas de reses, borregos y cerdos principalmente.
El relato: Un lustro sin productividad en el campo parralense
A 20 minutos de la mancha urbana y por la carretera a Ciudad Jiménez se encuentra el poblado Guillermo Baca, habitado por decenas de familias que durante años se han dedicado a trabajar el campo a través de la siembra y la ganadería, como el caso de Miguel Yáñez, productor de vegetales que expuso que desde hace más de cinco años han enfrentado la problemática de la sequía y que esto les ha afectado de manera considerable. Aunque afirmó que se han tenido lluvias, estas no han sido constantes o suficientes, además lamentó que incluso algunas lluvias son tan intensas que dejan daños en vez de beneficios.
El entrevistado destacó que es un productor de Parral que siembra diferentes vegetales y verduras como chile, cebolla y tomates. Afirmó que en los últimos cinco años ha notado una disminución en lo que siembra; sin embargo, mantiene la fe y la esperanza en que pronto “caigan buenas torrenciales”. Según relató, su negocio local consiste en cosechar los frutos de la siembra y trasladar la mercancía a Chihuahua, principalmente, en donde destacó que existen los mejores precios de compra y que es donde le conviene.
No obstante, argumentó que pese a la sequía y los daños que esto genera, el Gobierno Federal ha dejado de enviar apoyos, pues afirmó que incluso ni Sembrando Vida ni Procampo llegan. Por lo que exhortó a las autoridades correspondientes a velar por el campo y no sólo las cabeceras municipales o manchas urbanas, pues destacó que las zonas rurales deben ser de importancia o prioridad.
Caso similar es el de Catalino Yáñez, también productor de Guillermo Baca, pero que se dedica a sembrar árboles nogaleros y a cosechar sus frutos que son las nueces. El sexagenario acude de manera constante al campo para atender sus necesidades, rociar antiplagas y velar para que los árboles crezcan saludables y pueda obtener la calidad de nuez que necesita. Con sus más de 60 años, Catalino explicó que cada año acude al lugar para recoger los frutos y para el trabajo deja caer una red, posteriormente espera que caigan las nueces para venderlas en Jiménez o a Chihuahua.
Catalino explicó que desde sus trincheras ha dado vida a más de 500 árboles en sus hectáreas; sin embargo, refirió que antes eran más, pero que derivado de la sequía, algunos han muerto u otros han sido consumidos por las plagas. Agregó que ser nogalero en una zona árida, como lo es Guillermo Baca, es todo un reto, pues deben enfrentarse a la inseguridad, pérdida de árboles e incluso la falta de agua. “Antes nos daban hasta un mandadito, pero hoy ya no nos dan nada”, afirmó.
En el poblado de Maclovio Herrera está Yaneth Hernández y su familia, quienes se dedican a la ganadería y al nogal; coinciden que en el último lustro la situación ha ido en decadencia, pues reveló que en una semana registró la pérdida de seis reses debido a las condiciones que prevalecen en el campo; además afirmó que existe una impetuosa necesidad de servicios básicos, principalmente agua potable y para uso doméstico.
Aunque tienen la esperanza fijada en el gobierno municipal de Salvador Calderón, lamentaron la sequía que azota a las localidades, pues explicó que la producción lechera ha disminuido, lo que les deja una inestabilidad económica como patrimonial. Ante la incertidumbre de no tener las condiciones naturales para su mantenimiento, tienen que vender las reses debido a la escasez de recursos y optan por tomar esta decisión antes de que mueran.
Según explicó, el año pasado tuvieron la pérdida de seis reses que quedaron sin vida. Resaltó que aunque parezca increíble, la emergencia natural de sequía puso en alerta a los pobladores, quienes además de ver morir o de forzarse a vender su ganado, también enfrentan afectaciones en sus sembradíos.
Ciclo agrícola 205 está en riesgo: Agricultores
Durante un recorrido por la zona rural y los asentamientos humanos que se encuentran sobre los límites de la ciudad de Parral, se constató que existe un déficit en los campos para que este próximo año se lleve a cabo de manera regular el ciclo agrícola, pues la insuficiencia hídrica, la falta de apoyos y estímulos limita que haya siembra y cosecha. También el sector ganadero está en riesgo, y quienes tienen cabezas de ganado han expresado su incertidumbre, esperando que haya apoyos por parte de las autoridades de los tres niveles de Gobierno.
Por su parte, el diputado local Guillermo Ramírez, indicó que desde el Congreso del Estado se estará buscando la integridad de los campos agrícolas y ganaderos, pues afirmó que antes de que termine el año estarán recibiendo las propuestas para el Presupuesto de Ingresos y Egresos de cada municipio. Asimismo, se analizará cuántos millones de pesos podrían ser destinados para estimular los campos y sus sectores productivos.