“Gran parte del impacto en la huella ecológica es por los alimentos que consumen las personas”El Fondo Mundial para la Naturaleza señaló que el pasado jueves 28 de julio de 2022, se terminaron los recursos naturales disponibles para todo el año, por lo que a partir de esta fecha hasta el término del año, el planeta estará en número rojos, asimismo para continuar el ritmo requerido por la humanidad en todo el año, serían necesarios dos planetas, al respecto una especialista en Tecnología Ambiental declaró que no precisamente la Tierra se acabará; sin embargo destacó la necesidad de que las personas cambien sus hábitos y comiencen a medir su huella ecológica, cuyo impacto se ve reflejado principalmente con la alimentación.
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El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra es la fecha en la que la demanda de recursos y servicios ecológicos de la humanidad en un año concreto supera lo que la Tierra puede regenerar en ese año. Esa fecha es calculada por la Global Footprint Network, una organización de investigación internacional que ofrece a los tomadores de decisiones un menú de herramientas para ayudar a la economía humana a operar dentro de los límites ecológicos de la Tierra, analizando la evolución mundial de dos parámetros: la biocapacidad o capacidad de regeneración biológica y la huella ecológica.
Por lo anterior, la ingeniera en Tecnología Ambiental, Stephanie Michell Sánchez, indicó que primero es necesario entender que la tierra es capaz de muchas cosas, pero cada una de ellas tiene un periodo de homeostasis, de equilibrarse a sí mismo, por lo que el planeta requiere de ese período para recuperarse.
“Por ejemplo, a quienes les pagan por quincena, desde el día primero sabemos que hasta el 14 ese recurso debemos distribuirlo y lo que está pasando es como si alguien se hubiera acabado para el día 7 todo el dinero, empezamos a pedir prestado a algunas personas, otros se ponen emprendedores, para ver de dónde sacan recurso, el problema es que la tierra tiene esos sistemas para que funcionen de una manera en que se equilibren y pueda estar bien y sana, no tenemos otro planeta y hay que pedir prestado, aquí no tenemos esa oportunidad”, expresó.
Destacó que un problema es que las personas están acostumbradas a que si no poseen algo, buscan la manera de obtenerlo, y no se dan cuenta que en la ecología hay reglas que no se pueden romper.
Refirió que dichas organizaciones hablan de cómo la humanidad ha terminado con el presupuesto de una tierra sana, muchos meses antes del 31 de diciembre.
Recordó que cuando se declaró la pandemia, comenzó la fauna a salir a sus ecosistemas, la flora también empezó a brotar, debido a que los individuos dejaron de hacer cosas que estaban contaminando a causa del confinamiento.
“Quizá el planeta no se va a acabar, pero sí se va a terminar mucho más pronto y vamos a enfrentar varios problemas que nos van a traer circunstancias desagradables debido a que no manejamos bien estas cosas, retomando el ejemplo de una persona que se gasta su quincena, por más que pida prestado, seguramente tendrá noches sin dormir por pensar en cómo va a pagar, le van a estar cobrando, no sabe qué tarjeta utilizar, ahora el planeta no puede pedir prestado. Urge que hagamos algo, pero qué podemos hacer todos los seres humanos, porque luego le echamos la culpa a las fábricas lo cual sí es cierto, porque contaminan más por volumen, pero también ellas fabrican porque nosotros compramos, pero qué cosas debemos hacer todos, desde la persona más rica, hasta la más humilde, cuidar nuestra alimentación”, comentó.
Informó que una herramienta que funciona para todas las personas es medir la huella ecológica, para determinar el impacto que tienen las acciones individuales en el planeta; sin embargo esta no es del interés de la población.
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“Gran parte del impacto en la huella ecológica es por los alimentos que consumen las personas, por ejemplo se come mucha carne, hay quienes contemplan 4 kilos de carne en su canasta básica y es demasiado, desde el presupuesto, la salud y la tierra, la carne de res tiene un impacto ecológico muy grande”, manifestó
Refirió que otra de las maneras para reducir la huella ecológica es no desperdiciando la comida, “hay quienes la tiran, o no se comen todo lo que hay en un plato, cada uno de los alimentos le costó a la tierra hacerlo, no se reintegra al planeta, pero muchas veces tiramos a la basura cosas que se degradan en una bolsa y no se reintegran a la tierra, es complicado, no dejamos que la tierra se autorregule”.
Destacó que muchas veces las personas tratan de hacer conciencia y no utilizar popotes de plástico; no obstante salvarían más el mar si no comieran tanto pescado, por los patrones de consumo: “creo que aquí el tema como en todo es la moderación, evitar desperdiciar comida, no consumir tantas proteínas de fuente animal, también utilicen granos o verduras, no usar tantos productos empaquetados porque cada que los usan tiene un impacto mayor en el planeta”.
“Mucho o poco planeta que nos quede, el tiempo que tenemos destinémoslo a dejar una mejor tierra a las generaciones que vienen, porque será más difícil si continuamos con los hábitos que tenemos, el calor será insoportable, muchos lugares se van a inundar, las playas que conocemos no van a poder ser habitadas, no va a haber agua, esto ya lo estamos viendo”, finalizó.