En medio de la aridez que ha caracterizado los últimos años en el municipio de López, el Ojo de Atotonilco, un balneario natural clave para la economía y el turismo local, comenzó a mostrar señales de recuperación después de meses de haberse secado por completo. La sequía, que había reducido la afluencia de visitantes en un 70 por ciento, provocó un estancamiento económico significativo en la región. Sin embargo, a partir de julio de este año, las lluvias trajeron un rayo de esperanza al municipio, revitalizando el balneario y reavivando el optimismo de la población.
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Mario Luján Holguín, director de Ecología y Medio Ambiente del municipio de López, explicó en entrevista cómo la recuperación del caudal de agua ha sido clave para reactivar la zona turística, y cómo este resurgimiento ofrece nuevas oportunidades para la comunidad.
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El impacto de la sequía
La sequía de 2023 fue devastadora. “El año pasado, ya para enero de 2024, el ojo se había secado por completo”, comenta Luján, recordando con desazón los días en que la falta de lluvias provocó la desaparición del agua. Esto no solo afectó el balneario natural, sino también el entorno agrícola y la economía local. “El problema comenzó cuando, tras dos años de estabilidad gracias a las lluvias de 2020 y 2021, ya no nos llovió lo suficiente”, explicó.
La falta de agua se reflejó inmediatamente en el turismo. El Ojo de Atotonilco, que solía ser un punto de atracción para turistas de lugares cercanos como Jiménez, Parral y Valle de Allende, vio cómo la afluencia de visitantes cayó un 70 por ciento. “La gente viene a convivir, a disfrutar del área natural, a nadar y a pasar tiempo con sus familias”, menciona Luján. Sin embargo, al quedarse sin agua, las instalaciones quedaron desoladas, y el turismo colapsó.
Un respiro en julio: la recuperación
Las lluvias del pasado julio marcaron un punto de inflexión. “Empezó a brotar agua a mediados de julio, lentamente, pero con cada lluvia, el caudal fue aumentando”, dijo el director de Ecología. Luján describe cómo las lluvias cerca de Coronado y el cese del riego por parte de los nogaleros locales ayudaron a que el nivel del agua en el Ojo de Atotonilco se recuperara hasta alcanzar el 50 por ciento de su capacidad habitual.
“Es una gran mejoría, considerando que estaba completamente seco”, añadió. Aunque todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar los niveles de afluencia turística previos a la sequía, el resurgimiento del balneario ya ha provocado un repunte del 50 por ciento en el número de visitantes.
Desafíos y medidas preventivas
A pesar del optimismo, la recuperación del Ojo de Atotonilco no está exenta de retos. Luján mencionó la necesidad de implementar acciones para mantener la calidad del agua y evitar problemas de salud pública. “Queremos oxigenar el agua y darle movimiento, pues el estancamiento puede provocar la proliferación de mosquitos y el dengue”, advirtió.
El municipio ha comenzado a trabajar en la reparación de bombas que permitirán circular el agua entre las albercas y el ojo, de modo que se eviten problemas de estancamiento. Además, se está llevando a cabo una limpieza intensiva de las instalaciones y los alrededores del balneario, con el apoyo de maquinaria proporcionada por el Gobierno Municipal. “Hemos logrado un buen avance en la poda de árboles y limpieza de la zona, para mejorar el espacio y hacer que sea más atractivo para los visitantes”, señaló.
Planes futuros y la importancia de la reforestación
Luján Holguín también habló sobre los planes a largo plazo que el municipio, con el apoyo del gobierno estatal, está llevando a cabo para evitar que el Ojo de Atotonilco vuelva a enfrentarse a una sequía de tales proporciones. Uno de los proyectos más ambiciosos incluye la creación de un pozo que, en caso de emergencia, pueda abastecer al balneario cuando el agua del manantial disminuya. “Queremos tener una alternativa para garantizar que el balneario no se seque por completo otra vez”, afirmó.
Asimismo, se ha puesto en marcha un plan de reforestación con árboles como fresnos y moros, que no solo embellecerán el lugar, sino que también ayudarán a mejorar la calidad del entorno natural. “Con la poda y la plantación de nuevos árboles, queremos asegurar que el área sea más verde y acogedora”, explicó Luján.
La naturaleza sorprende y renueva la esperanza
Un dato curioso que Luján compartió durante la entrevista fue el avistamiento reciente de peces en el Ojo de Atotonilco, algo que sorprendió tanto a las autoridades como a los lugareños. “La naturaleza es impresionante”, dijo con asombro. A pesar de haber estado seco durante meses, el regreso del agua trajo consigo peces, lo que demuestra la resiliencia de los ecosistemas naturales.
Aunque el camino hacia la completa recuperación es largo, el renacimiento del Ojo de Atotonilco ha traído consigo un renovado optimismo para el municipio de López. Las lluvias han sido una bendición, y el esfuerzo conjunto entre las autoridades y la comunidad para preservar y mejorar el balneario es un ejemplo de cómo la naturaleza, con un poco de ayuda, puede restaurar la vida a los lugares que parecen perdidos.