Rinden homenaje al profesor José Francisco Ramírez Hermosillo; sus cenizas fueron depositadas en los cimientos de lo que será el Museo Meteorito de Allende.
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Integrantes de la Asociación Meteorito de Allende, llevaron a cabo un emotivo homenaje en honor al profesor José Francisco Hermosillo, quien es recordado por su inalcanzable lucha por defender el patrimonio científico y arqueológico y ser uno de los líderes de la asociación.
El evento contó con la presencia del presidente municipal de Allende, Jesús Horacio Soto Armendáriz, familiares del reconocido profesor y demás integrantes de la asociación civil, quienes realizaron una remembranza de la gran trayectoria de Ramírez Hermosillo.
Momentos después, la urna que contiene las cenizas del profesor, se depositó en una caja, la cual fue sellada con una tapa de mármol, teniendo al frente una cruz, el espacio en donde se llevó a cabo, fue en lo que será el área del sótano, debido a que de ahí van a surgir los cimientos de la construcción.
Destacaron que la planeación del Museo Meteorito de Allende, contempla desde el espacio del sótano, una “bóveda celeste”, en donde será expuesto el meteorito, así mismo, a la entrada se colocará una placa conmemorativa con el nombre de los cuatro pioneros de este proyecto.
De igual forma, comentaron que en el mismo terreno solicitaron el apoyo del alcalde Soto Armendáriz, para la creación de un jardín botánico, dicha propuesta tratara de conservar especies de plantas que sean típicas del municipio y que estén próximas a extinguirse.
“El Alcalde nos comentó que existen posibilidades de que se pueda también incluir este proyecto, por lo cual, continuaremos con nuestras gestiones para comenzar con la construcción del Museo Meteorito de Allende y el jardín botánico”.
Cabe señalar que el profesor José Francisco, buscó construir un espacio para promover las ciencias y las artes; el Museo del Meteorito, representaba una hazaña singular, pues siempre se preguntaba mil maneras de difundir la historia y descubrimiento científico sobre este fenómeno, que a él lo había marcado profundamente, una marca heredada y forjada por su suegro el señor Benedicto Navarrete, ícono y personaje que con su anécdota meteórica cautivaba a cualquier persona.