Mientras 206 personas trabajadoras del hogar en Parral han sido aseguradas ante el Instituto Mexicano del Seguro (IMSS) hasta el mes de febrero de las cuales 161 son mujeres y 41 hombres, hay quienes aún realizan esta actividad bajo la informalidad, tal es el caso de Luz María Ibarra, quien lleva 30 años dedicándose al trabajo del hogar enfrentándose en situaciones de vulnerabilidad debido a la falta de servicio médico y demás prestaciones sociales.
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Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hasta el mes de marzo se afiliaron un total de 206 personas que se dedican al empleo doméstico, dentro de los cuales 161 son mujeres y 41 hombres.
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A través de esta acción, quienes se dedican al trabajo doméstico han logrado acceder a prestaciones como servicios médicos, hospitalarios, medicamentos, vacaciones, aguinaldo, invalidez y demás prestaciones de ley.
Sin embargo no todos han sido afiliados al IMSS, tal es el caso de Luz María Ibarra, quien lleva 30 años desempeñándose como trabajadora doméstica, aun y cuando es obligatorio que sean registradas.
“Es muy difícil cuando uno se enferma, no tener Seguro Social y tener qué cubrir los gastos médicos correspondientes y más cuando ahora está todo muy caro”.
Lo anterior es con fundamento en el artículo 12, fracción IV, así como en lo establecido en el Capítulo XI De las Personas Trabajadoras del Hogar, del artículo 239-A al 239-H, ambos de la Ley del Seguro Social. Donde se establece que las personas trabajadoras del hogar, son sujetas de aseguramiento del régimen obligatorio.
Luz María, manifestó que por necesidad se ha desempeñado en la informalidad, aún y cuando le ha expresado a su patrón su solicitud para que sea afiliada al IMSS.
“Empecé a trabajar desde que llegué aquí a Parral a los 14 años, era tan solo una niña con necesidad, por lo que rápidamente ingresé como trabajadora doméstica en donde me he desempeñado todos estos años”.
Señaló que durante este tiempo ha tenido que enfrentarse a situaciones de vulnerabilidad al no contar con las prestaciones correspondientes, siendo un ejemplo, cuando tras una caída al estar en su área de trabajo tuvo que buscar la atención médica con un particular y comprar el medicamento.
“Es muy difícil cuando uno se enferma, no tener Seguro Social y tener qué cubrir los gastos médicos correspondientes y más cuando ahora está todo muy caro”.
Manifestó que debido a esto tampoco logrará alcanzar una pensión por edad avanzada: “ya soy una mujer grande, es difícil acomodarme en otro trabajo, la falta de oportunidades ha jugado un papel importante”.