“La Perla”, una peluquería que conserva aún la tradición de un oficio que ha luchado ante las nuevas propuestas destinadas para que los hombres acudan a cortarse el cabello, las famosas Barber Shop han destituido lo que antes era un recinto especial.
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Esta peluquería ubicada en la calle Ricardo Flores Magón, signada con el número 71, tiene su origen desde 1958, fue fundada por don José Medina Valero, siguiendo con el legado su hijo, Salvador Medina Castro. En la actualidad, don Isauro Medina Castro continúa preservando esta actividad.
Este último, aprendió el oficio desde que tenía 16 años; sin embargo, en aquel entonces se utilizaban máquinas de mano, lo que convertía esta actividad en un desafío, pues un movimiento incorrecto podía causar un mal corte.
Su padre, don José Medina, le traspaso el negocio en 1968, hoy a sus 74 años, el famoso Lucio, ha logrado mantener el legado de algo que comenzó como un negocio familiar; a pesar del tiempo y de las horas que la actividad implica, siempre mantiene una actitud alegre y cordial a quienes acuden, una de las tantas cualidades que heredó de su padre.
El tradicional fígaro fue perpetuándose en la ciudad, siendo uno de los principales negocios que dio vida a La Capital del Mundo, y hoy en día se mantiene reclamando su derecho.
Desde las 6:00 de la mañana comienza a darle vida a su local, llega y limpia para recibir a sus clientes, a partir de las 7:00 de la mañana.
“El molino de los hombres”, fue como Lucio definió las peluquerías tradicionales, ya que los varones acuden para el corte de siempre, pero con una platica nueva, sea de trabajo, familiar y hasta sentimental.
Toda la historia se resguarda en la indumentaria, navajas, tijeras, batas, sillas de esas que resguardan el recuerdo del pasado, asimismo la fotografía del hombre que inició uno de los oficios que reclaman su historia.