Un parralense genera 15 por ciento más basura que el promedio de los chihuahuenses al desechar 1.04 kilogramos diariamente cuando a nivel estatal la media es de 0.908 según datos del Inecc. Stephanie Sánchez, especialista en Tecnología Ambiental, advirtió que esta situación ligada al consumismo y la falta de cultura ecológica son factores que han acelerado la escasez de lluvias y las altas temperaturas tanto en la región, como en el mundo, por lo que aseguró que un hábito indicado para hacer frente a esta problemática más que reciclar es el reducir la adquisición de productos y bienes innecesarios.
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Con base en estadísticas proporcionadas por el Atlas Nacional de Residuos Sólidos Urbanos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, los habitantes de Parral generan casi 100 gramos más de basura promedio cada día que otros municipios del estado como Batopilas, Delicias, Julimes, Meoqui, Ojinaga, Rosales, Satevó y Saucillo, mismos que cuentan con menos de 160 mil habitantes y que sirvieron de base para realizar la medición.
Dicho estudio, muestra que la generación per cápita promedio en el estado es de 0.908 kilogramos de basura de manera diaria siendo que, en Parral, por habitante se genera aproximadamente 1.04 kilos.
La cifra anterior es de acuerdo con el director de Servicios Públicos Municipal, Alexis Mora, quien manifestó que por semana en la ciudad de Parral se generan aproximadamente 850 toneladas de basura, es decir, 121.4 toneladas diarias, lo que representan 1.04 kilogramos por habitante, tomando en cuenta que hasta el 2020, según el portal de Data México, el municipio contaba con 116 mil 662 habitantes.
La delgada línea entre la distopía y la realidad
La master en Tecnología Ambiental, Stephanie Michell Sánchez González, advirtió que esta situación está ligada al consumismo y la falta de cultura ecológica, factores que han acelerado la escasez de lluvias y las altas temperaturas tanto en la región como en el mundo, por lo que aseguró que un hábito indicado para hacer frente a esta problemática más que reciclar es el reducir la adquisición de productos y bienes innecesarios.
Como ejemplo de un panorama a futuro tanto de la región como del mundo, recordó lo sucedido en la película conocida como “Wall-E”, estrenada en 2008, aquel film en el que el protagonista es un robot encargado de compactar toda la basura existente en el planeta Tierra..
La historia se desarrolla 700 años en el futuro y se muestra un planeta Tierra inundado de basura, los seres humanos ya no viven ahí debido a la contaminación y optaron por habitar en una nave espacial; no se pueden levantar de sus sillas debido a que han aumentado de peso a tal grado que les es imposible ponerse de pie, se dirigen a otros sin ningún contacto físico y han olvidado todos la historia y valores de la humanidad.
Según dijo Sánchez González, este panorama no está muy lejos de la realidad que actualmente se registra tanto en el mundo como en esta región, puesto que, hay escasez de agua, hacen falta las lluvias y las temperaturas han aumentado.
Asimismo, señaló que la presencia de enfermedades podría aumentar, al igual que el desarrollo de problemas sociales como las guerras, por lo que se debería de estar en busca de soluciones que eviten que el panorama que se muestra en la ciencia ficción, llegue a la realidad.
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“Si seguimos así, la película de Wall-e se va quedar corta, va a haber más enfermedades, no habrá agua, hará demasiado calor y por ende habrá guerras. La gente cree que se trata de que solo se verá sucio, pero eso será lo de menos”, destacó.
De igual manera, recordó el caso que ocurrió con el mar de Aral, el cual, dejó de existir en la década de los sesentas debido al desvió del agua de los ríos que desembocaban en este lugar, para la producción de algodón en los campos cercanos.
Según dijo, esta situación, derivó en guerras civiles, las personas comenzaban a pelearse entre sí por el agua, luego por la falta de comida, la falta de empleo, lo que conllevó a la falta de dinero y con ello al aumento en los robos; problemas sociales que comenzaron a partir de la sequía del mar de Aral que terminaron por dividir a la gente.
Pero no todo concluye ahí, resaltó que dichos habitantes comenzaron a emigrar a otros países, donde fueron víctimas del rechazo y la discriminación, todo ello, debido a la falta de concientización sobre los límites en el uso de recursos de manera inapropiada.
En cuanto al panorama local, señaló que con el aumento de enfermedades y el actual sistema de salud con el que se cuenta, será imposible cubrir las necesidades de ello, por lo que probablemente derive en la falta de dinero para cubrir el tratamiento.
Ello, podría producir un aumento en los hechos delincuenciales como el robo, peleas entre las personas por adquirir una cosa, tráfico de objetos que comúnmente en la actualidad no es difícil adquirir como el agua embotellada, la cual, debido a la baja producción que pudiera generarse, en un futuro sea imposible adquirir.
“A final de cuentas, tendremos una guerra social que comenzaría al interior del país, luego si se extiende eso, podríamos llegar a buscar otro lugar que no esté tan sucio como en otro país, donde nos tratarán como la chusma. Sé que algunos creerán que lo que se dice es exagerado, pero una cosa pequeña que pudimos evitar, conlleva a algo tan grande, todo por no respetar los límites de la naturaleza”, señaló.
Más educación ambiental y menos residuos
Indicó que la influencia del país del norte con el estado de Chihuahua, es uno de los principales factores importantes que coadyuvan en la generación de basura en esta parte de México, ya que la falta de cultura del conocimiento de las cinco R´s no es una práctica que se denote mucho entre la ciudadanía.
Es de resaltar que, con base en información obtenida de la base de datos del Banco Mundial “What A Waste Global Database”, Estados Unidos ocupa un lugar mucho más alto que China en cuanto a la creación de Desechos Sólidos Municipales (DSM) per cápita, con aproximadamente 812 kg anuales por cada residente en el país, sólo por detrás de Mónaco, Moldavia, Mongolia, Liechtenstein y Dinamarca.
Para ello, indicó que es importante conocer el principio de las denominadas cinco “R´s” que es Respetar, Rechazar, Reducir, Reutilizar y Reciclar, mismas que si se aplican a la vida diaria, se crearía un cambio positivo en el medio ambiente.
En el primero de los casos explicó que se debe respetar el medio ambiente, para lo cual es necesario enriquecer las vivencias que se tiene con la naturaleza, realizar actividades para disfrutarla y cuidarla.
Además de ello, facilita a niñas, niños y adolescentes su contacto con el campo, las montañas, ríos y todo lo que la naturaleza ofrece, para que puedan observarla, sentirla y expresar lo que sienten por ella.
En cuanto a rechazar, destacó que se debe aprender a decir “No” a los hábitos de consumo innecesario, compras compulsivas y consumismo excesivo, comprar y hacer uso solo de lo necesario, es decir, vivir sin excesos.
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“A veces se nos olvida que somos parte del medio ambiente, cuando comemos mal o cuando no utilizamos cosas que no son buenas para nuestra salud, también nos hacemos daño tanto a nosotros como al medio ambiente. Mucha gente dice que eso es lo que nos venden, pero por el contrario, a nosotros nos venden lo que compramos. La manera de hacer un cambio en la sociedad, es que nos pongamos pilas y digamos no. Si hubiera más comunidad interesada en ello, obligaríamos a cambiar las leyes, mismas que obligarían a cambiar a las empresas que nos venden los productos dañinos, claro ejemplo, el etiquetado en la comida chatarra, por lo cual, muchas de las empresas tuvieron que cambiar las recetas de sus productos para no contar con tantas etiquetas y sellos”, expresó.
Asimismo, está el reducir, el cual, significa que se debe disminuir el consumo de productos innecesarios para la vida. La reducción, dijo, ahorra la necesidad de extraer de nuevo recursos naturales y utilizar agua y energía para la obtención de nuevos materiales.
“Podemos reducir el consumo de productos con envoltorios innecesarios y envasados excesivos, con lo cual se generarán menos residuos y con ello, menos uso de recursos naturales que dañan el medio ambiente y por ende, menos basura”, mencionó.
Sobre reutilizar, la master en Tecnología Ambiental, señaló que en ocasiones se confunde con reciclar; sin embargo, no es lo mismo, ya que reutilizar, es hacer uso de un artículo o producto sin la necesidad de someterlo a un cambio químico.
Indicó que es volver a usar algo, para ello, recordó aquellos cinturones que se llegaron a poner de moda, los cuales, estaban hechos de materiales como fichas de refrescos, las bolas hechas con bolsas de papitas entre otros, claro ejemplo de lo que es reutilizar algo.
“En México somos buenos para reutilizar, ahí está el bote del yogurt para guardar los frijoles, los vasos de cristal que nos venden con mole en su interior para tomar agua, etc. Todos esos recursos son reutilizables y tiene un gran impacto ambiental ya que se utilizó energía, materia y vida de las personas para poder crearlo, por lo que, si se reutiliza, estamos aprovechando los recursos con los que se hizo.”
Por último, está reciclar, el cual, consiste en la separación en origen de los diferentes materiales que normalmente componen las basuras, con el objetivo de que esta separación sea, en primer lugar, evitar que las distintas fracciones queden contaminadas y de esta manera volver a incorporar materiales a ciclo productivo y en segundo lugar, facilitar la manipulación de las distintas fracciones, mejorándose así los porcentajes de recuperación y reciclaje.
“Reciclaje es por ejemplo, el uso de las latas de aluminio para crear los resortes de colchones, entre otras cosas; sin embargo, no es ideal reciclar, ya que para llevar a cabo este cambio a veces cuesta mucho y puede que haya el caso en el que se tengan que utilizar más recursos para llevar a cabo el cambio, lo que puede llegar a contaminar más”, indicó.
La apuesta está en el cambio de hábitos
Lamentablemente, dijo, hay pocos estados en México que fomentan la cultura de las cinco R´s, ya que muchos de ellos no les gusta invertir en el reciclado, ya que cuesta dinero y por ende, se queda en los contenedores y poco a poco, se va acumulando en los rellenos sanitarios.
“A veces vemos el costo inmediato, por ejemplo, tengo que cargar y pagar ciertos tambos, cambiar la cultura de la ciudadanía, pagar por letreros, pagar un camión que recolecte entre otras cosas, por lo que el relleno sanitario se va acumulando de cosas inservibles que poco a poco dañan el medio ambiente. Primero debemos entender que, si no lo hacemos, no podemos actuar para erradicar el problema”.
Señaló que actualmente, se están viviendo los estragos que se advirtieron en 2014, donde se indicó que, si se continuaba con el problema del daño al medio ambiente, se tendrían una serie de cambios climáticos que afectarían a la vida en la tierra, claro ejemplo es la falta de lluvias, el aumento de las temperaturas y con ello, la falta del líquido vital.
“Nos podemos ahogar en nuestra basura y ni así lo entenderíamos. No necesitamos saber que hay cosas que ni siquiera deberían llegar al tambo de reciclado porque no necesitarían existir, utilizamos demasiadas cosas dioquis, por ejemplo, la compra de limpiadores una vez por semana, o estamos habituados a comprar comida chatarra que viene en bolsas de plástico, o las cajas de galletas entre otras cosas. Esto es cosa de hábitos”, dijo.
Por último, exhortó a la ciudadanía y a las autoridades correspondientes a fomentar el habito de la cultura ambiental en las personas, sobre todo en los más pequeños que son el futuro de la humanidad, lo importante es que las personas se den cuenta de los malos hábitos que están cometiendo, pero en principio, todos deberían comenzar por el hábito de reducir.
“El cambio climático sí tiene que ver con todo lo que se ha dicho, el reciclado es el último estadio de la enfermedad, por lo que es necesario que se ataque desde antes”, concluyó la especialista.