Cientos de personas abarrotan el panteón de Dolores, por el Día de los Fieles Difuntos, un día en donde se entrelaza el jolgorio y la nostalgia, los grandes ausentes del día fueron los músicos quienes al son del acordeón tocaban las piezas musicales que hacían recordar a un ser querido, bajo las sombrillas o un árbol frondoso que diera sombra las personas permanecían recordando anécdotas y haciendo guardia a quien ya no está físicamente pero que en sus corazones aún vive el recuerdo de quienes volaron alto.
Las inclemencias del clima, bajo una temperatura de 26 grados centígrados, un sol que quema, no fueron suficientes para evitar que parralenses acudieran al panteón de Dolores, pues el candente clima no contó con la astucia de quienes llevaron su sombrero, otros una sombrilla y hasta sillas para no permanecer de pie durante su estancia.
Hoy como cada 02 de noviembre, se celebra el Día de los Fieles Difuntos; sin embargo, a pesar del dolor que esta fecha causa, pues recuerda que ya no están quienes hacían de la vida una estancia más feliz, pero que el recuerdo del pasado imprime un soplo de ánimo al saber que están en un lugar mejor y que llena de esperanza el momento del rencuentro.
Cientos de personas abarrotaron el panteón de Dolores, el más emblemático de la ciudad, deudos con arreglos florales en mano, acudieron para no llegar con las manos vacías a la tumba donde reposan los restos de su ser querido, otros con escobas, cubetas, palas y azadones en mano, entraban y salían para limpiar las lápidas.
Hubo quienes con dificultades pudieron asistir, pues andaban en silla de ruedas, o adultos mayores con bastones paso a paso alcanzaban la meta hasta donde permanece su ser querido para rendir como cada año un homenaje a quien ya no está, otros con astucia llevaron sillas y que puestos bajo una sombra recordaban entre risas y música en el celular, todo los que el recuerdo traía a la mente.
Pero no podían faltar las personas que con rosario en mano y un libro que servía de guía, al filo de la tumba rezaban por su familiar difunto, albergando en su corazón, la esperanza de que goza de la presencia de Dios y que les prepara un espacio junto a ellos.
Hoy los grandes ausentes fueron los músicos quienes al toque de la guitarra, y al son del acordeón armonizaban con grandes melodías que en vida disfrutaban los difuntos junto a su familia, pues a lo lejos solamente se escuchaba un hombre a la antigua que deleitaba con su armónica la llegada de los visitantes.
La vendimia no se hizo esperar, era una gran fiesta colorida y tradicional, rosas, cempasúchil, tulipanes y claveles adornaban el panorama pero sobre todo las tumbas de los difuntos, entre gritos de “llévele, llévele”, “se los dejamos barato”, “lleve su refrescante tepache”, “pásele, pásele”, los comerciantes promocionaban cada uno de sus productos, comestibles y no comestibles, aprovechando las inclemencias del calor el carrito de nieve se aposto a las afueras del panteón para refrescar las gargantas de quienes habían caminado para visitar a los difuntos.
Coronas del Sagrado Corazón, la Virgen de la Soledad, con listones de diversos colores y tonalidades aguardaban la espera de quienes acudían para llevar un arreglo a sus seres queridos.
A la entrada personal de Médico en tu Casa, invitaban a los asistentes a ponerse correctamente el cubrebocas y derramaban gel antibacterial en las palmas de las manos, para respetar las medidas de prevención por el Covid-19, asimismo, permanecían controlando el tráfico elementos de Seguridad Pública y Vialidad quienes hacían constantes recorridos para asistir cualquier contingencia que pudiera suscitarse.
