La labor del taxista, a pesar de representar un servicio, a la vez es peligrosa, según lo describen quienes diariamente están detrás del volante; día y noche conducen por las calles de la ciudad con un destino incierto. Subir a gente desconocida a sus vehículos los hace quedar expuestos a todo tipo de incidencias delictivas y accidentes. Luis Flores, quien cuenta con más de 40 años de experiencia siendo conductor de auto de renta, señaló que ha sido víctima de incontables robos e incluso accidentes; sin embargo, nada le quita la oportunidad de seguir recorriendo las calles de Parral.
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Luis Flores, conductor de taxi de más de 40 años de experiencia, dio a conocer que el ser taxista a pesar de ser un noble trabajo, los expone a los diferentes hechos tanto delictivos como vehiculares, puesto que nunca, se sabe que es lo que ocurrirá en el día.
Desde los 14 años de edad, Luis se dedica a recorrer las calles de esta ciudad a bordo de su automóvil de renta, y a lo largo de su vida ha tenido tanto experiencias buenas, como trágicas y peligrosas.
Recordó que la primera vez que sufrió un asalto, fue a la edad de 18 años, abordó a un hombre en altas horas de la noche y le dijo que condujera a una dirección, misma que se ubicaba en el antiguo barrio de La Soledad, también conocido como “La Chole”.
Sin embargo, indicó que fue en el transcurso del viaje que aquel hombre, aprovechando que la calle se encontraba oscura y sola, sacó una navaja de entre sus ropas, le ordenó que le diera el dinero y procedió a huir con rumbo desconocido.
“Esa vez recuerdo que sentí mucho miedo, era la primera vez que era víctima de un asalto, no sabía que iba a ocurrir, así que le di el dinero y se fue, por fortuna no me hizo nada, pero hubo un momento en el que pensé en mejor dedicarme a otra cosa”, dijo.
No obstante, el gusto por recorrer las diferentes calles de la ciudad, no se le quitó, por lo que ha seguido conduciendo sin descanso y pese a que ha seguido siendo víctima de robos y asaltos, nada lo aleja del volante.
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“Aquí seguimos dándole, hemos recorrido un sin número de veces las calles de Parral y nada nos quita el gusto, me gusta conversar con la gente, conocer historias tanto tristes como de éxito, siendo taxista, se entera uno de muchas cosas”, destacó.
Afirmó que uno no puede llamarse asimismo taxista si nunca ha sufrido de un asalto, “es como tu bautizo” dijo Luis, agregando que no conoce a un chofer de auto de renta que no haya sido víctima de la comisión de este delito.
Lamentablemente, señaló, cada vez la manera en que suceden los hechos, son más violentos, no es suficiente con amagar y amenazar con hacer daño, ahora lo hacen y después lo despojan de sus pertenencias, resultando herido, sin dinero y en ocasiones hasta sin vehículo.
Sin embargo, nada de esto ha detenido el amor de Luis por levantarse cada mañana para conducir su taxi, aquel que pasó de ser un Tsuru a un March por cuestiones de actualización y para brindar un mejor servicio a las personas.
