Más de 600 empresas ganaderas que tienen el potencial de explotar unas 268 mil cabezas de ganado para 14 municipios de la región sur de Chihuahua, se ven afectadas ante el nulo avance del rastro TIF ubicado en la carretera a Matamoros, que en dos administraciones estatales y cinco municipales solamente se ha logrado avanzar en su “cascarón”. Por lo que todavía está en obra negra. Para el alcalde Salvador Calderón en los próximos 3 años se convertirá en un proyecto prioritario puesto que permanece en proceso de evaluación para después continuar la fase de equipamiento y certificaciones.
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En el kilómetro 397 de la carretera 45 que conduce a Matamoros, Chihuahua, se ubica el “esqueleto” de lo que será el rastro Tipo Inspección Federal (TIF), un proyecto que inició de manera oficial el 4 de marzo de 2019 con la colocación de la primera piedra.
Han pasado cinco años con cinco meses y 12 días, pero hasta el momento el proyecto no se ha podido cristalizar más allá de la obra negra que ha permanecido sin culminar durante dos administraciones estatales.
“Nosotros sí le vamos a echar ganas, ya que no pusimos la primera piedra, pero vamos a terminar y poner la última para echarlo a andar”. Fueron las palabras que declaró hace más de un lustro el entonces gobernador del estado, Javier Corral Jurado.
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A más de tres años de que inició la administración de la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, se puede exponer que no ha visitado de manera pública el sitio donde se buscará generar el espacio de matanza.
De acuerdo con información pública, durante la primera etapa de esta obra el gobierno de Corral Jurado liberó más de 15 millones de pesos que se utilizaron para culminar la obra negra del espacio.
A pesar de que este proyecto se considera crucial para el crecimiento de Parral, no se ubica dentro de la demarcación del municipio, ya que se encuentra en las cercanías de Matamoros, un poblado de 4 mil 314 habitantes.
Aunque Corral Jurado dijo que este proyecto sería una solución para varios problemas que tienen presencia en la región sur del estado, que carece de un espacio con certificaciones otorgadas por la Federación, la promesa no se ha terminado de concluir luego de media década.
En la opinión de Fidencio Loya, este proyecto durante los últimos años ha generado un estancamiento en las más de 627 unidades de producción bovina en la región de Parral.
Invierte Gobierno del Estado más de 25 mdp en equipos para el rastro
En este contexto, Salvador Calderón Aguirre, presidente municipal de Parral, informó que durante el último mes de la administración municipal pasada, a través del Gobierno del Estado se generó una inversión de 25 millones de pesos para maquinaria y equipamiento para este inmueble.
De acuerdo con Calderón Aguirre, es de vital importancia que este proyecto acabe de consolidarse ya que sería el primer Rastro TIF en la región sur del estado, lo que permitiría explotar los recursos de esta zona.
El Presidente comentó que la región sur del estado de Chihuahua cuenta con una población bovina que principalmente se explota para el área de comercialización con compradores de Estados Unidos.
La región económica conformada por 14 municipios que se conectan de manera estratégica con Parral, cuenta con más de 22 mil 857 unidades de producción agropecuarias de acuerdo con la información emitida en el Censo Agropecuario 2022 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Allende, Balleza, Batopilas de Manuel Gómez Morín, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Hidalgo del Parral, Huejotitán, Matamoros, Morelos, Rosario, San Francisco del Oro, Santa Bárbara, El Tule y Valle de Zaragoza.
En esta zona del mapa del estado de Chihuahua, el Inegi exhibe en su último censo agropecuario que se cuenta con aproximadamente 268 mil 224 vacas que se podrían explotar de manera comercial en el rastro TIF de Parral, donde se le podría dar un valor agregado a los derivados de la carne.
Calderón comentó que a través de este inmueble, que se busca financiar con recursos públicos, se estarán generando empleos que incentivarán el crecimiento económico de Parral.
Asimismo, indicó que la obra negra del inmueble tendrá modificaciones con el objetivo de adaptar la construcción a los equipos que se compraron con recursos estatales durante la administración municipal anterior.
Resaltó que regularmente el equipamiento se manda a fabricar con las especificaciones del inmueble donde se instalará; sin embargo, en Parral se aplicará un proceso inverso para adaptar el espacio a la maquinaria que llegue.
Por otra parte, a más de cinco años de dar el banderazo de inicio, esta obra permanece en revisión para determinar cuánto costará a los contribuyentes sostener un inmueble que beneficiará a la iniciativa privada de manera directa.
La zona sur es la única región que carece de un rastro TIF
De acuerdo con el Directorio de Establecimientos TIF publicado por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) el pasado 10 de septiembre de 2024, en Chihuahua se cuenta con 18 espacios de este tipo en 8 municipios.
La información expone que de este monto un total de 10 se concentran en la capital del estado de Chihuahua; dos, en el municipio de Cuauhtémoc y uno en Camargo, Casas Grandes, Nuevo Casas Grandes, Saucillo, Ciudad Juárez y Aldama.
La primera certificación TIF que se obtuvo en el estado más grande de la República data del 1 de enero de 1984, la cual se otorgó a la empresa Sigma Alimentos que procesa embutidos, carnes frías de res y ave en la capital del estado.
En este sentido, el directorio de espacios de la Senasica expone que el 25 de julio se otorgó la última aprobación sanitaria federal en el estado, la cual fue recibida por la empresa comercial Barcan que opera en el municipio de Aldama.
Han pasado más de 40 años desde que se puso en función el primer espacio con la autorización de la inspección federal; sin embargo, en la región sur del estado no se han podido coordinar los diferentes sectores para consolidar un proyecto.
En este periodo, el crecimiento y desarrollo de la infraestructura tecnológica aplicada en la explotación ganadera se ha vuelto una realidad en las diferentes zonas del territorio estatal.
En los datos de este mismo documento se puede constatar de manera oficial que en la última década, tanto Cuauhtémoc, Camargo, Casas Grandes, Nuevo Casas Grandes y Saucillo cumplen con las regulaciones de la Senasica.
Cabe destacar que la mayoría de las certificaciones que se obtuvieron de 2010 a 2024, ya mayoría de las certificaciones se obtuvieron durante las gestiones del exgobernador de Chihuahua César Duarte Jáquez.
La información señala que de las últimas 10 rastros certificados que se han instalado en el estado más grande de México, cerca de 7 se obtuvieron en el periodo de 2010 a 2016, cuando la industria ganadera mostró su avance más considerable en cuanto a las certificaciones TIF.
En establecimientos del estado se realizan acciones que contemplan el corte, deshuese, inyección, marinado, elaboración de carne deshidratada, empaque de vísceras de la especie bovina, así como almacén frigorífico de bienes de origen animal para consumo humano de las especies aviar, bovina y porcina.
¿Qué es un rastro TIF?
Fidencio Loya, representante del gremio de ganaderos, explicó que los Rastro TIF son instalaciones que se dedican al sacrificio de animales, proceso de envasado, empacado, refrigerado o industrializado de alimentos cárnicos.
En la opinión del especialista, en este tipo de establecimientos con certificación se llevan a cabo diversas operaciones con cuidados específicos para los bovinos y porcinos antes y después de los sacrificios.
Aseguró que los animales que pasan por los rastros TIF son inspeccionados de manera constante con el objetivo de vigilar las buenas prácticas desde que el animal está en los corrales hasta que llega a los cuartos fríos, donde se supervisan variables como la temperatura que se controla mediante aparatos de enfriamiento.
Según lo resaltado por el experto en ganadería, la calidad de los productos cárnicos depende del manejo del animal, por lo que influyen diversos factores y situaciones que se desarrollan desde la crianza hasta el sacrificio.
En algunos establecimientos regulados se vigila desde el transporte, donde se debe velar por la seguridad, confort y comodidad del animal mediante revisiones constantes durante los traslados de los agostaderos al rastro.
Detalló que los niveles de estrés también influyen en el nivel de calidad de la carne, por lo que hay rastros donde se vigila la descarga de los animales en los corrales de reposo, ya que este tipo de aspectos influye de forma directa e indirecta en la calidad de los artículos.
Ejemplificó que regularmente se vigilan los sacrificios, donde se destaca que el animal llega a permanecer entre 12 y 24 horas con el objetivo de conocer los cambios que sufrió la especie durante los procesos de traslado.
Además, se cuidan aspectos como el del aseo de los animales, por lo que se indicó que las instalaciones que se tienen proyectadas para la ciudad de Parral deben contar con infraestructura para realizar labores de secado, aspersión y drenaje principalmente.
A la par, comentó que se requiere realizar un sacrificio inmediato para favorecer la calidad de la carne, por lo que este tipo de prácticas se buscarán incentivar en el proyecto para fomentar el crecimiento.
De igual manera se deben de mantener los cuidados y las prácticas favorables para evitar la contaminación cuando se llevan a cabo las acciones de degollado y desangrado, remoción y desollado de cabeza, desprendimiento de esófago, desollado de canal, corte de pecho, y eviscerado.
Incluso, posteriormente a que se llevan a cabo los sacrificios en este espacio, se desarrollan trabajos de examinación con el objetivo de verificar la presencia de enfermedades como la tuberculosis.
