La industria ganadera vive una situación difícil tras la suspensión temporal de exportaciones de ganado a Estados Unidos, medida implementada por la detección de un caso positivo de gusano barrenador en el sur de México. Este cierre ha detenido el flujo de más de 5 mil cabezas de ganado diarias hacia el vecino país, y los protocolos sanitarios para volver a exportar podrían quedar listos hasta mediados de diciembre.
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Mauro Parada, secretario de Desarrollo Rural de Gobierno del Estado, informó que los nuevos protocolos sanitarios, esenciales para reanudar el comercio, podrían estar listos para mediados de diciembre. No obstante, recalcó que el tiempo para retomar las exportaciones dependerá de la aprobación e implementación por parte de las autoridades mexicanas y estadounidenses.
Desde el pasado 29 de noviembre, los corrales de las cuarentenarias de exportación en Chihuahua quedaron vacíos. En total, 8 mil 136 cabezas de ganado fueron devueltas a sus lugares de origen debido al cierre fronterizo. Esto ha generado una acumulación de animales en los ranchos, con el consecuente aumento en costos de alimentación y cuidado.
Mientras se espera la publicación oficial de los nuevos lineamientos por parte del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), el Gobierno de Chihuahua ha reforzado las medidas preventivas en las estaciones cuarentenarias. Entre estas acciones se encuentran la inspección visual y el baño por aspersión de todos los animales que ingresan en cargamentos, además de un monitoreo constante para evitar cualquier posible diseminación de la plaga.
El secretario Parada reconoció que los ganaderos están mostrando disposición para cumplir con los protocolos que se establezcan, pero subrayó que las pérdidas son significativas. “Cada día que pasa sin exportaciones afecta los ingresos de nuestros productores y genera incertidumbre en los contratos comerciales con empresas estadounidenses”, explicó.
La situación también ha despertado preocupación sobre el impacto a largo plazo en el comercio ganadero de la región, que es uno de los principales motores económicos de Chihuahua. “Trabajamos de la mano con el gobierno federal y los productores para superar esta crisis, pero urge que se aceleren los tiempos de respuesta y se brinde certidumbre al sector”, concluyó Parada.
Se espera que las nuevas medidas incluyan tratamientos médicos, certificaciones adicionales y controles más estrictos en los puntos de inspección, con el objetivo de garantizar la sanidad del ganado y restablecer la confianza de los mercados internacionales. Mientras tanto, la actividad ganadera de Chihuahua sigue en pausa, a la espera de soluciones que permitan reactivar la exportación y mitigar las pérdidas acumuladas.