Desde su inicio de operaciones el 15 de agosto de 2016, la Minera San Julián, perteneciente a Grupo Fresnillo, se ha consolidado como el principal motor de desarrollo económico en Guadalupe y Calvo, generando empleo y derramas salariales significativas para la región.
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De acuerdo con los últimos datos proporcionados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se expone que los 897 trabajadores originarios de Guadalupe y Calvo que prestan sus servicios en la industria metalúrgica de la compañía reciben un salario diario promedio de 837 pesos, lo que se traduce en un promedio mensual de 25 mil 110 pesos.
Estos salarios, que superan el promedio nacional, han representado una derrama anual de 270 millones 284 mil 040 pesos para la economía local únicamente de los salarios de casi 900 empleados.
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Tal inyección de recursos ha tenido un impacto significativo en la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, así como en el desarrollo de la comunidad en su conjunto; esto de acuerdo a lo expuesto por Durán Alarcón.
Grupo Fresnillo, la empresa matriz detrás de Minera San Julián, ha sido una pieza clave en el éxito de este proyecto. Con dos mil 719 trabajadores en total, mismos que son provenientes de diferentes partes de la República, la compañía ha demostrado su compromiso con altos estándares de calidad y responsabilidad ambiental, y ha buscado establecer relaciones de beneficio mutuo con la comunidad y el gobierno local.
Un pueblo de 43 habitantes que puede ser ventana de crecimiento en la Tarahumara
En lo profundo de la majestuosa Sierra Tarahumara, un pequeño y remoto pueblo llamado San Julián, perteneciente a Guadalupe y Calvo, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía cuenta con apenas 43 habitantes, y aún así se ha convertido en el epicentro de un ambicioso proyecto minero que ha despertado esperanzas y desafíos en igual medida.
La llegada de Minera San Julián, un proyecto de exploración minera de Grupo Fresnillo, ha abierto una ventana de oportunidades que podría transformar el destino de este lugar ubicado en los límites de Chihuahua, a casi nueve horas de la capital del estado.
Con más de mil proyectos de exploración minera desarrollándose en diversas regiones de México, el optimismo para que uno de ellos alcance el éxito es escaso. Según lo declarado por Girado Durán Alarcón, director General del Clúster Minero, la probabilidad de éxito es una en mil.
Es decir, de cada mil proyectos que se emprenden, solo uno logra fructificar. Minera San Julián ha sido una excepción en este desafiante panorama, alcanzando un desarrollo significativo en una población que alguna vez se vio limitada por su escasa población y aislamiento geográfico.
La derrama anual de más de 270 millones de pesos en salarios para los aproximadamente 900 trabajadores originarios de Guadalupe y Calvo ha brindado oportunidades de progreso y bienestar a las familias locales.
El crecimiento económico también ha tenido un efecto en la infraestructura y los servicios públicos de la comunidad, ya que actualmente se cuenta con accesos al agua potable, a la energía eléctrica, señal telefónica e incluso conexión de internet.
Se han realizado mejoras en los caminos, servicios de salud, educación y abastecimiento de agua, entre otros aspectos, que han elevado la calidad de vida de sus habitantes. De acuerdo a lo expuesto por uno de los trabajadores CIVE Parral-San Julián (Centro de Verificación Vehicular), diario ingresan al pueblo 60 tráileres que ingresan a la empresa, lo que se ha permitido gracias a la mejora en los caminos.