Todos los días desde temprano, Melissa de 14 años de edad, su hermanita y su mamá, salen a la ciudad de Parral para vender sus artesanías a las afueras de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, desde pulseras y collares. Todos los días en punto de las 9:00 de la mañana y hasta las 7:00 de la tarde, las tres mujeres se enfrentan a las altas temperaturas para ofrecer sus productos hechos por ellas mismas.
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Para Melissa, jovencita de 14 años, su sueño es poder rescatar y curar a los animalitos, el sueño de veterinaria o incluso, médica, su pasión por ayudar a los demás está dentro de su corazón y su razón de ser. No obstante, las condiciones que le han sido brindadas han sido escasas, pues relata que comenzó a estudiar en una escuela primaria en la comunidad de Colorada de los Chávez y el docente maltrataba a sus estudiantes con violencia física, por lo que decidió mejor salirse y apoyar a familia.
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Las condiciones sociales, las oportunidades para crecer, para tener una vida digna, los derechos estipulados en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, las Declaraciones Universales y hasta la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dejan de existir en la realidad del México 2023.
Melissa, proveniente del municipio de Cuauhtémoc, es una jovencita perteneciente a un grupo vulnerable de los pueblos originarios de Chihuahua. Diariamente busca un sustento junto con su madre para poder tener alimento, vestido, calzado y tratar de tener una vida digna.
Explicó que en su familia son ocho hermanos y sus padres; ella es una de las menores, con 14 años de edad, estudiaba en una escuela primaria que se encuentra en el municipio de Santa Bárbara, declaró que tuvo que dejar los estudios porque existía maltrato físico por parte del profesor, quien según menciona, golpeaba a sus estudiantes.
“Me gusta curar a los perritos, me gustaría estudiar para veterinaria, de hecho, tengo tres perritos”, dice Melissa desde la inocencia, sentada en su punto de venta a las afueras de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
Entre pulseras, chaquiras, collares y hasta dijes, Melisa y su mamá hacen "la luchita” por salir adelante, donde acuden todos los días sin importar si es día festivo, si está haciendo frío, diariamente se puede verlas vendiendo en el pleno centro.
“Que les ayuden a las personas que lo necesiten más”, es la petición de Melissa a las diferentes autoridades de Gobierno, ya que según relata, su familia no recibe ningún apoyo por parte de algún programa del Estado, ni del Municipio ni de la Federación, por lo que pidió que ayuden a quienes lo necesitan.