Después de dos años de haber suspendido las visitas a los ancianitos del asilo de San Vicente por la pandemia, este fin de semana volvieron a permitir que familiares, amigos y personas de asociaciones civiles visiten el asilo los fines de semana para estar con las personas internadas, hermanas de la orden de San Carlos Borromeo señalaron que gracias a las medidas sanitarias no hubo un solo caso de contagio al interior del lugar.
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Bernardina Santiago Jiménez, hermana superior de la orden de San Carlos Borromeo, indicó que gracias a las estrictas medidas sanitarias que se tomaron durante la pandemia se pudieron evitar contagios dentro del asilo, hubo estados en donde se reportaron contagios ya que permitieron la entrada de visitantes, sin embargo, ellos estuvieron muy al pendiente de llevar a cabo los protocolos recomendados por la Secretaría de Salud.
Señaló que ahora que el estado se encuentra en semáforo en verde y el número de contagios ha disminuido en el estado, se tomó la decisión de permitir que familiares, amigos o personas de asociaciones civiles visitaran a los ancianitos, dijo que hay que ser precavidos, ya que primeramente se permite la entrada sólo a cinco personas en el área de visitas.
La hermana superiora, Santiago Jiménez, refirió que sólo se están permitiendo las visitas los fines de semana; sábados y domingos, es una forma escalonada de la apertura del asilo, conforme vaya avanzando el semáforo en verde ya se tomará la decisión de permitir la entrada entre semana, en el asilo se encuentran 38 adultos mayores, a los cuales las hermanas de la orden de San Carlos Borromeo son las encargadas de atenderlos.
Refirió la hermana superiora que incluso se restringió la entrada a las damas voluntarias del patronato, solo podía ingresar el personal de limpieza, personal que trabaja en las instalaciones y el fisioterapeuta, todos ellos se tenían que cambiar de ropa al entrar a las instalaciones, todo esto ayudó a evitar que algún ancianito se enfermara de Covid-19.
Dijo que para los ancianitos no fue tan pesado haber pasado dos años de confinamiento, ya que ellos continuaron con sus actividades diarias, la vida no se detuvo, continuaron llevando a cabo sus horarios normales tales como la hora de levantarse, acostarse, horarios de comidas, terapias, tiempo de recreación, entre otras actividades.
Esperan que ya no haya un aumento en los contagios y se mantienen a la expectativa de cómo va a evolucionar la pandemia para continuar con los protocolos.