Tras la aprobación en el Senado de la Reforma Constitucional que transfiere el control de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), líderes de distintos sectores manifestaron su preocupación y rechazo ante lo que consideran un retroceso en la estructura de seguridad del país.
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Fidencio Loya, gerente de la Asociación Ganadera, criticó duramente la decisión, afirmando que “definitivamente andamos mal". En su opinión, la Guardia Nacional, que hasta ahora tenía un mando civil, se convertirá en una fuerza militar, lo que según él, pone en riesgo la división de poderes.
"Ya no existe un equilibrio", aseguró, señalando que esto podría tener consecuencias graves en términos de seguridad. "La policía debe ser civil, no militar", insistió Loya, mostrando su desacuerdo con la reforma.
Por su parte, Juan de Dios Loya Chavira, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Parral, consideró que la integración de la Guardia Nacional al Ejército representa un retroceso importante para el país.
"La policía debe ser civil y todo lo relacionado con la soberanía debe ser militar", sostuvo. Además, señaló que la concentración de la seguridad en una sola entidad reduce la jurisdicción de los sistemas de policía, afectando su autonomía.
"Ahora todo se concentrará en un solo lugar", agregó, lamentando que en el Senado ya no se debatan las implicaciones de las leyes, sino que simplemente se levanten las manos para aprobarlas.
Loya Chavira también expresó su esperanza de que el país recapacite y se reconsidere la reforma, ya que desde su punto de vista, esta medida no garantiza una mejora en la seguridad pública ni en el respeto a los derechos ciudadanos.
Por su parte, Juan de Dios Loya Lazcano, delegado de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos A.C. (Conatram), también manifestó su descontento con la decisión. Recordó que en su momento, el Presidente de la República aseguró que la Guardia Nacional no se militarizaría, sin embargo, hoy la realidad es otra. "Al principio se dijo que esto no iba a pasar, y hoy es una realidad", lamentó.
Loya Lazcano coincidió en que, aunque el Ejército tenga la capacidad para asumir el control de la Guardia Nacional, debería ser un ente civil el encargado de dichas tareas. "La policía debería ser civil, y esto genera un clima de incertidumbre", apuntó.
Asimismo, subrayó que lo que espera la sociedad es que estas decisiones contribuyan a fortalecer el estado de derecho y no sean utilizadas para fines corruptos o para la concentración del poder.
Los líderes de estos sectores compartieron una visión crítica sobre la reforma, señalando los riesgos de centralizar el control de la seguridad en una institución militar. Afirmaron que esta medida podría debilitar la capacidad de respuesta en materia de seguridad pública, al eliminar la distinción entre las fuerzas civiles y militares.