Las Norteñitas de Parral, un conjunto musical conformado por tres mujeres, que a lo largo de ocho años se han convertido en un referente musical en el municipio, todo comenzó con deleitar a las personas en los camiones, pues al son del tololoche, la guitarra y el acordeón armonizan cada una de las melodías que tradicionalmente son del gusto de las personas, madre e hijas ahora viven por y para la música, pues su mayor deleite es mirar las sonrisas de los parralenses que con los brazos abiertos las han acogido.
María Hernández al acordeón quien lleva 23 años incursionando en la música es madre de Rocío Cano quien toca la guitarra y Viviana Cano al tololoche, conforman el famoso grupo llamado Las Norteñitas de Parral, talento musical que ha sido heredado, pues los bisabuelos comenzaron con esta actividad, ya que no había instrumento que no supieran dominar.
En una entrevista con esta casa editorial, en el marco de la celebración por el Día Internacional del Músico, a celebrarse el 22 de noviembre, Viviana Cano quien deleita con el tololoche refirió que quien comenzó con esta idea de formar un grupo fue su mamá María Hernández, pues fue quien enseñó a sus hijas a tocar varios instrumentos desde pequeñas.
Viviana Cano comenzó a incursionar en el ámbito de la música desde que tenía nueve años, nunca imaginó que llegarían a conformar un grupo musical, ya que todo se fue dando con el paso del tiempo, la música norteña al ser un referente en nuestra ciudad decidieron denominarse Las Norteñitas de Parral, como respuesta a la identidad que representan.
Un conjunto musical, conformado por tres mujeres, las cuales a lo largo de ocho años a base de esfuerzo y sacrificio han venido destituyendo a los tradicionales conjuntos de hombres, pues ellas también han comenzado a integrar su vestuario a base de sombrero y botas, como símbolo de lo que las define.
No obstante, la pandemia las alcanzó y se vieron en la necesidad de abandonar por un tiempo lo que tanto aman, pues las medidas de prevención no les permitieron laborar en restaurantes, camiones o en el centro de la ciudad, hoy en día el sol les vuelve a brillar pues han retomado su actividad, no solamente en dichos espacios si no que ahora los parralenses las solicitan para reuniones familiares.
Al son del tololoche, se fragua cada una de las notas emitidas por el acordeón y la guitarra que deleitan las más solicitadas melodías como “besos y cerezas”, “30 cartas” las tradicionales “polkas, corridos y cumbias”.
Es así como esta tradición familiar expuesta en tres mujeres, da origen a lo que se ha convertido en una revolución musical y social, pues es la muestra de que los conjuntos no solamente son conformados por hombres, ya que ellas con su talento se han venido ganando el respeto y cariño de los parralenses que ataviados por su música disfrutan de un espacio familiar y que al sonar del acordeón comienza la tertulia que derrocha momentos de alegría.