Enfermedad desconocida para la comunidad de la Mesa del Durazno, de la confusión a la atención médica para 14 casos de infantes con la enfermedad mano-pie-boca que en su momento se temió que fueran de rubeola. Situación que ya se atendió por la Secretaría de Salud tras la solicitud del sector educativo de la población ubicada en los límites de Chihuahua con Sinaloa, situada a nueve horas de la capital del estado.
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La comunidad de la Mesa del Durazno, perteneciente al municipio de Guadalupe y Calvo, se vio envuelta en incertidumbre y preocupación cuando varios niños comenzaron a presentar síntomas desconcertantes. En un principio, se creía que era un brote de rubéola, pero pronto se descubriría la verdadera naturaleza de la enfermedad y se tomaron cartas en el asunto.
Todo comenzó cuando la maestra María del Refugio Ochoa Morán, de la escuela Francisco I. Madero, reportó el día miércoles 7 de junio la presencia de varios niños con dolor de garganta, sarpullido en boca y fiebre, esto de acuerdo a las versiones oficiales establecidas por la Secretaría de Salud.
La preocupación se propagó rápidamente entre los docentes y los pobladores de la comunidad de la Mesa del Durazno, especialmente porque muchos de ellos tenían recursos limitados y no podían permitirse buscar una segunda opinión médica.
En su momento, habitantes de la comunidad buscaron síntomas en internet y coincidieron con la rubeola, sin embargo, un dictamen médico del hospital descartó lo anterior y confirmó que los casos coinciden con la enfermedad mano-pie-boca.
En medio de la incertidumbre, la posibilidad de una epidemia de rubéola se convirtió en la explicación más plausible para los síntomas presentados por los niños. La falta de acceso a servicios médicos especializados y los costos de los medicamentos complicaban aún más la situación para la comunidad. Además, las mascotas también mostraban síntomas similares, lo que aumentaba la preocupación general.
Sin embargo, a medida que avanzaba la investigación epidemiológica, las autoridades estatales contactaron a la Unidad Médica Móvil Federal 3 El Venadito para que visitara la comunidad y revisara los casos.
Fue entonces cuando el personal enviado para atender la problemática descubrió que la enfermedad no era rubéola, sino una infección viral conocida como enfermedad mano-pie-boca, causada por el virus Coxsackie.
El Coxsackie Virus, también conocido como enfermedad mano-pie-boca, es una enfermedad viral común que afecta principalmente a niños menores de 5 años. El padecimiento tiene la presencia de síntomas como fiebre, dolor de garganta y una erupción cutánea distintiva en las manos, los pies y la boca (motivo de su nombre coloquial).
La Secretaría de Salud Estatal emitió un comunicado informando sobre el diagnóstico confirmado de la enfermedad mano-pie-boca en la comunidad. Según el informe presentado por las autoridades, se detectaron 8 casos, siendo 5 niños y 3 niñas con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años. Los síntomas, como el dolor de garganta, el sarpullido en boca y la fiebre, coincidían con los típicos de esta enfermedad.
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Antier (15 de junio), la Unidad Médica Móvil regresó a la comunidad para realizar un seguimiento del brote. Se reportaron 6 casos activos, con 2 de ellos en el inicio del cuadro clínico y 4 en proceso de recuperación. Durante esta visita, se ofrecieron talleres sobre lavado de manos y manejo de síntomas, y se brindó tratamiento sintomático a los casos activos y a los nuevos.
Aunque la situación generó inicialmente confusión y temor en la comunidad de la Mesa del Durazno, el diagnóstico y la intervención oportuna de las autoridades de salud permitieron una mejor comprensión de la enfermedad y una atención adecuada a los afectados.
La colaboración entre la maestra, los pobladores y las autoridades de salud demostró la importancia de la comunicación y la acción conjunta para abordar problemas de salud comunitarios y garantizar el bienestar de todos.
La comunidad de la Mesa del Durazno, se ubica en lo más profundo del municipio de Guadalupe y Calvo, según lo expuesto por los maestros de la institución se enfrenta a un desafío aún mayor debido a su lejanía y aislamiento. Esta situación agravó la incertidumbre y la preocupación cuando los niños comenzaron a mostrar síntomas desconcertantes, ya que acceder a servicios médicos especializados fue difícil para sus habitantes.
En medio de las vastas montañas y los caminos difíciles, la comunidad se encuentra a horas de distancia del hospital general más cercano en Guadalupe y Calvo. Muchos de los habitantes de la Mesa del Durazno, con recursos económicos limitados, tienen más opción que confiar en ese único centro de salud. Además a falta de transporte adecuado y los altos costos asociados con la atención médica también desanima a buscar una segunda opinión o tratamientos adicionales.
La lejanía de la comunidad también limitaba la disponibilidad de servicios de salud preventivos y programas de educación sanitaria. Se reflejó la falta de conocimiento sobre enfermedades infecciosas y la escasez de recursos para la higiene personal y el saneamiento básico.
A medida que los casos de los niños con síntomas desconocidos se multiplicaban, la incertidumbre y el miedo aumentaban. Los pobladores de la Mesa del Durazno no podían entender por qué sus hijos estaban sufriendo y, al mismo tiempo, veían cómo sus mascotas también eran afectadas por los mismos estragos.
Sin embargo, a pesar de la lejanía y las dificultades, la comunidad no se rindió. La maestra María del Refugio Ochoa Morán, consciente de la situación y preocupada por sus estudiantes, tomó la iniciativa de reportar los casos para lograr dar con la ayuda. Esta acción crucial llevó a la intervención de la Secretaría de Salud Estatal y a la visita de la Unidad Médica Móvil a la remota comunidad de la Mesa del Durazno.
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