"Nos tenemos que dormir con chamarra", expresa doña Carmen García, quien narra que el frío no perdona, y azota en hogares de escasos recursos; esta vecina de la Ampliación Che Guevara, dio a conocer que no cuentan con calentón de leña o gas para mitigar las condiciones climatológicas de los últimos días.
En el número 41 de la Calle Bondad, en la Ampliación Che Guevara, reside doña Carmen García de 55 años, quien tiene que lidiar con las condiciones climatológicas de este invierno.
Si bien, se han distribuido diferentes apoyos por toda la ciudad con la entrega de aparatos calefactores, esta ayuda no ha logrado llegar a todos lados; como lo pudo confirmar la entrevistada.
“No tenemos calentón de leña ni de gas”, lo cuenta a voz baja, mientras se cubre el pecho con la sudadera que porta para mantenerse cálida.
Solo ayer, Parral reportó una temperatura mínima de menos 1.6 grados centígrados; sin embargo, el pasado fin de semana el termómetro rondó los -5 grados bajo cero, después del azote de la Quinta Tormenta Invernal; lo anterior, según reportes de Protección Civil Estatal.
Las condiciones económicas en este hogar se podrían considerar como una situación vulnerable, al no poder combatir las inclemencias de la temporada invernal. “Nomás tenemos una cama y dos colchones, vivimos ocho personas, mi hija, mi yerno y sus cinco hijos… nada más mi yerno trabaja”, expresa la mujer de 55 años.
En otros hogares, el calentón de leña, gas o calefacción permanecen funcionando durante todo el día hasta la hora de dormir; sin embargo, en la vivienda de la entrevistada, el dinero no da para sostener un gasto de este tipo. Con casi 10 personas viviendo en una casa con menos de cuatro habitaciones, lo único que queda es “El calor de la familia”, que con un termómetro de cinco bajo cero, no es suficiente.
Todos en la casa pasan frío, al punto de que a las siete de la tarde buscan refugio con las pocas chamarras y cobijas; pero los que más lo resienten y menos se percatan son los pequeños, que en su inocencia el correr de un lado a otro los mantiene calientes y “Ellos ni cuenta del frío”, como lo dice su abuela.
El tener ropa limpia en esta época del año se puede volver un calvario para una mujer de 55 años que ya sufrió una fractura en cada muñeca; esto por el agua que se encuentra prácticamente a punto de congelamiento.
Mientras en varias casas utilizan lavadoras, esta mujer debe de escurrir, tallar y enjuagar la ropa con sus manos que cada que baja la temperatura le duelen.