Necesario la creación del Instituto de la Madera para que el producto pueda exportarse mediante un valor agregado, según informó Javier Portillo, presidente de la Unión de Madereros en Parral, quien señaló que se requiere de un instituto para certificar la madera y los más de 70 dueños de aserraderos que hay en la ciudad puedan enviar su producto a otro país, resaltó que esta es una de las principales peticiones que han estado realizando en los últimos años, por lo que espera que los tres niveles de gobierno, así como el sector empresarial, puedan impulsar esta iniciativa.
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Por lo anterior, Javier Portillo presidente de la Unión de Madereros en Parral comentó que por algunos años se ha estado luchando para la creación del Instituto de la Madera, constituido por una serie de laboratorios para certificar la madera.
“Con esto podríamos demostrarle al mundo que la madera que tenemos es de mejor calidad y la mejor opción que pueden tener, incluso para vestiduras de vivienda con molduras de lujo de alta calidad”, dijo.
Explicó que los gobiernos solamente los han escuchado, plantean proyectos; sin embargo, aún permanecen en la espera de que pueda concretarse dicha iniciativa para beneficio del sector.
El entrevistado argumentó que para poder exportar es necesario presentar el origen lícito de la madera y que los ejidos sean certificados, lo cual valida la buena procedencia y esto permitiría que los más de 70 dueños de aserraderos de la ciudad pudieran enviar este producto a otros países.
“Otro aspecto que se requiere son los análisis y estudios que se le hagan a la madera que se produce en la ciudad, y que porte un sello de calidad lo cual podría darse con la creación de este instituto”, enfatizó.
Argumentó que esta es una de las principales causas para que Estados Unidos, Chile, entre otros países, al darle una mejor presentación de la madera, se importe y reduzca el valor de la misma en la localidad.
Javier Portillo, presidente de la Unión de Madereros en la ciudad de Parral, informó que actualmente se desaprovecha la madera, ya que casi una tercera parte de la misma se vuelve aserrín, que, aunque se utiliza, no tiene la misma valía.