El próximo domingo 28 de noviembre comienza el Adviento, un tiempo de preparación y de espera para celebrar la Navidad, ya que durante cuatro semanas, la iglesia católica meditará con esperanza la llegada de Jesucristo.
El sacerdote Víctor Hugo Pérez, declaró que el Adviento se caracteriza por el color morado, símbolo de espera donde se vive un tiempo de preparación para la fiesta de Navidad, la cual no se termina en un día, sino que se prolonga desde la fiesta de la Natividad del Señor, el 25 de diciembre, hasta la fiesta del Bautismo del Señor, después de la Epifanía.
Adviento significa “Venir, llegar” pues este tiempo da inicio a un nuevo año litúrgico católico, el cual está dividido en dos partes, las primeras dos semanas sirven para meditar sobre la venida final del Señor, cuando ocurra el fin del mundo; mientras que las dos siguientes, sirven para reflexionar concretamente sobre el nacimiento de Jesús y su irrupción en la historia del hombre en Navidad.
“Es un tiempo en el que por cuatro semanas vamos meditando sobre la esperanza cristiana que tiene dos dimensiones, la espera activa es todo aquello que podemos hacer en vistas de la preparación a encontrarnos con el Señor, que vino hace más de dos mil años para habitar en medio de nosotros, y también que vendrá al final de los tiempos para juzgar a vivos y muertos y para llevarnos con Él”, comentó el presbítero.
Por lo anterior, destacó que esa es la dimensión del Adviento, específicamente como un tiempo de espera para la venida del Señor Jesús, pues informó que es esperar con paciencia la llegada del Señor, para saber aguardar la salvación de parte de Dios.
Asimismo, refirió que este tiempo es una invitación para prepararse a través de la oración, de una actitud alegre para recordar la venida del Señor, que llega cuando Él lo desea, “El adviento es un tiempo precioso y presente para saber que Jesús está vivo en medio de nosotros, y también, es un tiempo para acrecentar nuestra esperanza cristiana en los bienes eternos, y que solamente Dios sabe cuándo nos los va a dar en aquella plenitud que todos esperamos”.
Al respecto, mencionó que los feligreses están llamados a vivir este tiempo con alegría, es por ello que se muestran tantos gestos que motivan a ese entusiasmo, como las luces, los cantos y la corona de Adviento.
Además de las fiestas que están en medio de este tiempo, que son la celebración de la Inmaculada Concepción, el ocho de diciembre y la conocida festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, el 12 de diciembre, “En este sentido tenemos estas dos figuras del Adviento, que son muestra de lo que debemos hacer, esperar al Señor, pues María es el nuevo Belén donde Dios ha querido hacerse carne”, finalizó el presbítero.