Se avecina incertidumbre para el año agrícola 2024 en San Gabriel y Pico de Águila debido a disminución en los niveles de agua; esto de acuerdo a lo declarado por el Jefe de la Sader en el distrito del Río Florido.
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En un pronóstico que genera preocupación en la comunidad agrícola, las presas de San Gabriel y Pico de Águila han experimentado una disminución constante en sus niveles de agua durante los últimos meses, lo que podría poner en riesgo el año agrícola de 2024 si la sequía persiste.
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El jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en el distrito de Jiménez, Roberto Baca Perea, ha expresado su inquietud en relación con la disponibilidad de agua para riego en las áreas de Coronado y López.
A principios del presente año, las presas de San Gabriel y Pico de Águila mantenían niveles superiores al 90 por ciento de su capacidad, lo que parecía augurar un período propicio para la actividad agrícola.
Sin embargo, la información oficial refiere que la situación ha cambiado drásticamente, ya que actualmente las presas se encuentran a un 63 por ciento y 44.3 por ciento de su capacidad, respectivamente.
Uno de los principales factores que ha contribuido a esta preocupante tendencia es la ausencia de lluvias durante los meses de junio, julio y agosto. Estos tres meses suelen ser cruciales para recargar los niveles de agua en las presas, pero en esta ocasión las precipitaciones han estado por debajo de lo esperado.
Según lo expuesto por la fuente la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha registrado esta disminución constante en los datos diarios, lo que ha llevado a una alarmante tendencia a la baja en los volúmenes de agua almacenados en las presas.
Aseveró que el impacto de esta situación podría ser considerable, afectando a alrededor de dos mil productores agrícolas en las áreas de Coronado y López. La reducción en el suministro de agua para riego tendría un impacto directo en la producción de cultivos y podría generar pérdidas significativas para los agricultores locales.
La incertidumbre persiste en torno al futuro de la agricultura en estas zonas, mientras los agricultores y las autoridades locales esperan con cautela el desarrollo de los acontecimientos climáticos en los próximos meses.