Con 36 años en el oficio, Martín García obtiene el sustento diario como gambusino con jornadas de ocho a 10 horas diarias, extrayendo piedras de diferentes tamaños con un poco de plomo, plata y en ocasiones oro, para luego venderlas a veces a muy bajo costo de entre los 10 a 25 pesos el kilogramo, y así sacar el sustento para su familia.
Aún así con la espalda “rota” y varias fracturas en piernas, columna, cabeza y brazo, Martin perfora con una máquina de pierna durante algunas horas y luego observa detenidamente estas piedras para determinar si estas obtienen algún mineral que genere ganancias monetarias, el oro se distingue por tener un color dorado opaco, la plata tiende a tener un color gris medio brilloso, y el plomo es un gris muy brilloso.
Recibe alrededor de entre 10 a 25 pesos por kilogramo extraído, según el tipo de mineral que esta tenga, son alrededor de 17 kilogramos diarios de piedra pero en ocasiones es muy poco el mineral “rico” que estas contienen, Martin se dedica a este oficio desde los ocho años de edad, fue más que nada por necesidad lo que lo llevó a esto, para poder ayudar a su padre con los gastos, ya que era el único o de los únicos trabajos que habían en el municipio.
Son alrededor de 30 gambusinos que trabajan por “turno”, solo en un hoyo, son aproximadamente 100 gambusinos en un lugar llamado “Canalón”, estos comúnmente trabajan de noche, exhaustos después de una larga jornada, estos salen a buscar quien les pueda comprar dicho material y llevar un poco de dinero a sus hogares.
Cada día al salir de casa, Martin se encomienda a Dios y pide que salga sano y salvo ya que este oficio es de muy alto riesgo pero aun así tiene que trabajar, a pesar de no tener luz ni agua en su domicilio, todas las tardes baja a la plaza para cargar una lámpara que le es una herramienta muy útil para luego ir a su jornada laboral, esto es de todos los días.