Laura García y su familia son herederos de una tradición imperdible en Parral: ser matachines. Desde hace tres generaciones, su familia ha danzado a la Virgen de Guadalupe cada 12 de diciembre, participando entre adultos, jóvenes y menores, quienes enérgicamente recorren calles y avenidas hasta llegar al atrio de la Catedral de Guadalupe, donde terminan su danza al ritmo de los tambores y los cascabeles. Dicha tradición lleva más de 50 años y a la fecha dicen estar orgullosos de emprender esta manera de evangelizar en oración.
➡️ Únete al canal de WhatsApp de El Sol de Parral
Cada 12 de diciembre, como parte de las festividades del Día de la Virgen de Guadalupe, los miembros de la familia García Rodríguez se agrupan para recorrer las calles danzando al ritmo de tambores y cascabeles hasta llegar al atrio de la Catedral de Guadalupe, donde culminan su danza en oración.
Te puede interesar: ¿Cuántas y cómo fueron las apariciones de la Virgen de Guadalupe en México según la fe católica?
Laura García, cabeza de esta tradición familiar, compartió con orgullo cómo desde tres generaciones atrás sus abuelos comenzaron a danzar como matachines, un acto de fe que a lo largo de los años ha reunido a diferentes generaciones. “Mi familia ha sido matachín desde mis bisabuelos, abuelos y ahora mis papás, mis hermanos y yo participamos con mucha emoción. Cada 12 de diciembre es un día muy especial para nosotros”, añadió Laura en entrevista.
La danza de los matachines es una de las manifestaciones de fe más representativas de la región y una de las principales formas de evangelización para muchos devotos. En ella participan desde los más jóvenes hasta los adultos mayores, quienes, con energía y devoción, se unen en una coreografía que, más allá de los pasos y movimientos, simboliza una conexión espiritual con la Virgen de Guadalupe. “Es nuestra manera de rendir homenaje a la Virgen, de agradecerle por las bendiciones y de pedirle por la paz de nuestra familia y nuestra ciudad”, agregó Laura mientras ajustaba su traje tradicional de matachín, decorado con cascabeles que suenan al ritmo de la danza.
A lo largo de los años, la familia García Rodríguez ha sido testigo de cómo esta tradición ha unido a la comunidad de Parral. Cada 12 de diciembre, adultos, jóvenes y niños se integran a la danza, creando un ambiente de fiesta y fervor religioso que invade las calles del centro histórico de la ciudad.
La tradición de la danza de los matachines en Parral es una manifestación única de la devoción a la Virgen de Guadalupe, que no solo ha perdurado en el tiempo, sino que sigue siendo una de las prácticas religiosas más esperadas de la comunidad. “Es nuestra forma de evangelizar, de enseñar a los más pequeños el verdadero sentido de la fe y de la devoción, pero también es un acto de unión familiar”, comentó Laura. “Lo más importante es que esta tradición sigue viva. Ojalá que mis hijos y mis nietos la sigan celebrando con el mismo amor que lo hicimos nosotros”, agregó.
La entrevistada explicó que, al ser un grupo de danza, exponen su baile ante la crítica sociedad de la ciudad, lo que causa nerviosismo o incluso vergüenza a quienes integran el grupo y a quienes tienen intención de sumarse. Esto ha provocado que, poco a poco, el grupo pierda integrantes. Laura informó que hay temporadas en las que el grupo aumenta su matrícula, especialmente si hay alguna celebración próxima, como el caso de la Virgen del Tepeyac. Sin embargo, son pocos quienes deciden unirse.
Dijo que hace aproximadamente diez años, su grupo contaba con más de 30 integrantes y todo el contingente salía desde la parroquia Sagrada Familia en la colonia PRI hasta la Catedral de Guadalupe en el Centro. Con el paso del tiempo, la cantidad de interesados se ha reducido en un 75%. Ahora, si mucho, son diez personas quienes conforman el equipo. A pesar de ello, Laura declaró que con orgullo siguen saliendo a danzar en honor a la Virgen de Guadalupe.
Laura García refirió que desde pequeña, sus padres le inculcaron la fe católica, lo cual le impulsa cada año a evangelizar y agradecer a Dios por las bendiciones. Añadió que ser matachín le da gusto y orgullo, pues señaló que con ello puede compartir el evangelio y llevar la palabra de Dios viva a todos los rincones de la ciudad a través de un ambiente alegre y de amor. Puntualizó que esta tradición revive cada día el amor y la unión familiar, calificando como un encanto que toda la familia participe, desde los pequeños hasta los grandes.
Finalmente, Laura refirió que aún no deciden si este año van a participar en la peregrinación hacia la Virgen de Guadalupe en conjunto con la parroquia Sagrada Familia por causas personales. Sin embargo, señaló que el grupo está a disposición de la voluntad de Dios y que, si así dispone, el 11 y 12 de diciembre estarán en el atrio y al interior de la Catedral con su danza tradicional para agradecer y honrar.
Asimismo, invitó a la población a unirse y no dejar pasar la oportunidad de servirle a Dios en la evangelización a través de la danza de los matachines. Exhortó a acudir a la parroquia Sagrada Familia para obtener más información sobre lugares de ensayo y cómo pertenecer a este grupo multigeneracional.