Desde hace más de 60 años, la familia Flores de San Francisco del Oro han dotado de alimentos a los pobladores de esta localidad teniendo dos panaderías inicialmente, una denominada "Juárez", y otra más "La Guadalupana", que durante décadas brindaron servicio y atención a vecinos del sector, no hasta que la segunda mencionada cayó derrumbada por las condiciones climáticas, quedando solo "Juárez", y que actualmente sigue cobrando vida horneando sus panes y productos variados como pizzas, huesitos y más.
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En uno de los callejones y calles que se esconden en el pleno centro de San Francisco del Oro, uno de los municipios mineros del sur del estado de Chihuahua y que se encuentran a casi 20 minutos de Hidalgo del Parral, se encuentra una de las panaderías más icónicas de esta población.
La panadería se ubica en la calle Juárez del sector centro de San Francisco del Oro, a unos metros de la presidencia municipal, y lleva el mismo nombre que la calle "Juárez", y que desde hace más de 60 años se instaló y hasta la fecha continúa brindando sus servicios como panadería, pizzería y hasta venta de frijoles cocidos.
Dicha administración de la panadería ha sido dirigida por tres generaciones de la familia Flores, el primero y creador fue don Guerrero Rodríguez Flores, quien inició con el negocio de venta y producción de panes y sus derivados, y al pasar el tiempo, se logró la apertura de otro negocio del mismo giro pero ahora denominada como "La Guadalupana", en donde la misión era aumentar la producción para satisfacer la demanda de la población y de los trabajadores de la mina, a quienes se les llevaba el pan recién hecho hasta las entrañas de la tierra.
Posteriormente, el negocio pasa a manos de Lino Flores, quien continúa el legado de la producción de panes y sus derivados en San Francisco del Oro, innovando en la producción, añadiendo nuevos sabores, nuevas presentaciones y hasta nuevas formas de cocerse.
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Una de ellas fue la implementación del cocedor de adobe a través del uso del gas o de la leña, brindando un nuevo sabor a los panes que encantó a sus consumidores, por lo que continuaron pidiendo más durante otras décadas, en donde las presentaciones que más se vendían eran las campechanas y las cacarizas.
Finalmente, la administración llega al más joven de la familia, a Jesús Guerrero Flores, quien insiste en continuar el legado que ha estado durante más de 60 años en el municipio, por lo que ahora se implementó la creación no solo de panes de dulces y de blancos, sino también pizzas y los ya tradicionales huesitos, los cuales son piezas de pan que en su interior contienen queso crema, carnes frías y que el sabor conquista a quienes lo prueban por primera vez.
Aunque informó que sus hijos ya no se interesaron en seguir el negocio y pese a la situación financiera que atraviesa el municipio, él y su esposa continúan trabajando para ofrecer el pan calientito a los auríferos y deleitar el paladar de quienes les prueban.