La falta de oportunidades laborales así como de salud, obliga a la población indígena a trasladarse principalmente a las ciudades de Parral y Jiménez, para poder obtener un trabajo en temporada de cosecha y mejorar sus ingresos, ya que por mes alrededor de 35 familias se ven en la necesidad de abandonar sus comunidades, es por ello que actualmente en la ciudad de Parral, se registra un total de 729 personas de origen indígena, ubicados en los asentamientos de San Andrés, Los Carrizos, y El Venadito, los cuales provienen de Balleza, Batopilas, Bocoyna, Guadalupe y Calvo, El Tule y Cusihuiriachi.
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Ramón Rocha, coordinador de los asentamientos indígenas de San Andrés, Carrizos y El Venadito, declaró que la mayoría de las causas de migración en población indígena se debe a la falta de oportunidades laborales así como las condiciones tan precarias de salud, en las que difícilmente tienen acceso en la zona serrana, es por ello que se trasladan a Parral para poder recibir algún tratamiento, por lo que duran hasta un mes en espera de ser atendidos.
Argumentó que los que abandonan sus comunidades difícilmente regresan nuevamente, ya que tratan de buscar un trabajo fijo en los ranchos o aserraderos y poder comenzar algo nuevo que les brinde mayores ingresos económicos, por lo que el dialecto y la cultura al estar inmersos en la ciudad se va perdiendo.
Indicó que aquellos indígenas que se trasladan solamente en temporadas de cosecha para la pisca con previo aviso, se busca un lugar para que puedan habitar durante un tiempo determinado, ya que ellos no desean establecerse en otro lugar ahora con la pandemia han disminuido estos casos ya que los patrones deben cuidar que no haya mucha gente, para evitar un contagio.
Por su parte, la Comisión Estatal para los Pueblos Indígenas (Coepi), informó que en Hidalgo del Parral se tiene el registro de 90 familias que habitan en el asentamiento de San Andrés, 35 familias en Los Carrizos, 46 familias en el Venadito y 15 más en un asentamiento nuevo, donde alrededor de 729 personas se han quedado a vivir en la ciudad, los cuales provienen principalmente de Balleza, Batopilas, Bocoyna, Guadalupe y Calvo, el Tule y Cusihuiriachi.
En este sentido, Ramón Rocha mencionó que por mes alrededor de 35 familias se trasladan principalmente a Jiménez y Parral, en busca de un trabajo temporal en la pisca o aserraderos y otras para recibir atención médica.