La Presidencia Municipal de Parral reportó un total de 77 vehículos en condiciones de chatarra, algunos en proceso de baja para venta como material reciclable y otros registrados como pérdidas totales debido a daños severos. Entre las unidades en esta situación se encuentran modelos de distintos años, incluyendo autos recientes y unidades de décadas pasadas, como un vehículo de 1982, que destaca por ser el más antiguo de la lista.
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De acuerdo con los datos proporcionados, 20 vehículos están en el taller en estado de descomposición avanzada, mientras que otros 33 ya han sido dados de baja oficialmente para ser vendidos como chatarra. Además, se reportan 15 unidades consideradas pérdidas totales o siniestradas, lo cual ha generado inquietud sobre el estado de la flota vehicular del municipio.
El listado de vehículos en malas condiciones incluye también nueve motocicletas, que presentan daños importantes y ya no son funcionales. Sorprende que entre los vehículos dados de baja hay modelos recientes, como algunos del 2016, 2017 y hasta del 2019. Lo que habla sobre el manejo y el mantenimiento de los vehículos en el municipio.
A pesar de contar con unidades modernas, una parte considerable de la flota en estado de chatarra está compuesta por vehículos de modelos recientes, lo cual contrasta con la baja de otros más antiguos que, a pesar de los años, siguen operando o han mostrado mayor durabilidad.
Entre los vehículos que llaman la atención se encuentra el “Piojito”, un camión emblemático utilizado anteriormente por la administración municipal. Aunque ya no cumple con los requisitos operativos, el vehículo ha sido símbolo de la historia vehicular del municipio.
También, se encuentran vehículos donados por el exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Cinco automóviles de la marca Charger de modelo 2014 están en estado de baja para venta de chatarra, lo que destaca por tratarse de unidades que no superan la década de uso.
El hallazgo de estos vehículos en estado inservible genera incertidumbre sobre la política de mantenimiento preventivo y correctivo de la flota vehicular. Con modelos que abarcan desde 1982 hasta 2019, la situación resalta la necesidad de revisar las prácticas administrativas y operativas en cuanto al uso y la conservación de bienes públicos.
Con base a los datos proporcionados se abre la puerta a la reflexión sobre cómo la administración municipal puede optimizar sus recursos, evitando pérdidas de vehículos que podrían extender su vida útil con un mantenimiento adecuado, y destinando el presupuesto de manera más eficiente para el bienestar de la ciudadanía.